jueves, 3 de octubre de 2019

La Giselle de David Dawson

Jòn Vallejo y María Kochetkova en un ensayo de Giselle (Foto: Ian Wahlen)

El pasado 19 de septiembre pudimos disfrutar en el Semperoper Theatre de Dresden de la versión coreográfica de Giselle creada por el coreógrafo británico David Dawson (Londres 1972) para la compañía de danza de la bella ciudad sajona. La misma música, nuevas emociones, distinto lenguaje coreográfico y una importante diferencia argumental: En esta novedosa Giselle, Albretch mata por error a su amada.

Esta noche, 2 de octubre y el próximo martes, día 8, el español Jòn Vallejo, cuya entrevista podemos leer en este blog clicando en el nombre del bailarín, se pondrá en la piel del Albrecht quien en el medio de una pelea con Hilarión, su rival, mata sin querer a su amada Giselle (María Kochetkova) .

La versión de David Dawson es una emocionante y moderna adaptación de la coreografía de Jean Coral y Jules Perrot,  estrenada en París el 28 de Junio de 1841. Dawson afirma que su Giselle es una representante de su generación. "Es una mujer joven -dice- con libre albedrío y llena de esperanza, asume la responsabilidad de sus acciones y es independiente de las limitaciones sociales".
Courtney Richardson en el 2ºActo del ballet (Foto: I.W)

La idea de crear una nueva Giselle comenzó a gestarse en la cabeza del coreógrafo británico al final de su carrera como bailarín. Considerado uno de los artistas más innovadores en la escena de la danza actual, su personal estilo coreográfico reinterpreta el ballet clásico de una manera completamente nueva. Así en su particular Giselle y, aún habiendo muchas analogías con la convencional, hay desde el primer momento algo diferente que traspasa la distancia entre el escenario y la platea y toca el alma del espectador, ya sea por  el vestuario, por la vívida interpretación de los bailarines o por la impronta que él adjudica a cada uno de los personajes de esta carismática obra del ballet clásico. El apuesto príncipe que en la versión original se nos presenta como un apuesto caballero que a pesar de estar comprometido con una mujer de su misma clase social, flirtea con la bella Giselle, aquí es un joven "atrapado en una vida que él mismo se ha buscado. Está buscando algo que le falta, probablemente una salida, y sabe que esta nueva relación podría inspirarle y darle el futuro y la libertad que sueña", afirma Dawson.

La primera parte del ballet que el pasado día 19 estuvo magníficamente interpretada en los roles principales por Courtney Richardson (Giselle) y Julian Amir Lacey (Albretch), termina con la trágica muerte de la protagonista, que muere porque al intentar interferir en la pelea que se está desarrollando entre Hilarión y Albretch, éste último tropieza con ella y, sin querer, le atraviesa el pecho con un puñal.
Aidan Gibson en el rol de una de las "Willis" (Foto: I.W.)

En la segunda parte Albrecht no sólo es un hombre que ha perdido a la mujer que amaba sino que, además, lleva dentro de sí la culpa de que ha sido él quien la ha matado y quien, como consecuencia de este involuntario acto, se ha cargado ese futuro de libertad y felicidad con el que tanto soñaba. Es una segunda parte soberbia, un ballet blanco lleno de emoción, en el que el vestuario de Yumiko  Takeshima, maillot y velos blancos, envuelve a las Willis y las impregnan de  fuerza y misterio. Esa coreografía en la que las almas de mujeres que murieron doncellas acosan a un atribulado varón cuya torpeza ha mandado a otra más al mundo de las tinieblas, tiene una fuerza impresionante. Dawson cuando inició su propia creación de Giselle afirmó que  sentía la necesidad de expresar sus propios sentimientos "hacia una obra que me ha dado tanto".

Lo ha conseguido.

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