En los tiempos que corren, en los que miseria y violencia son a menudo protagonistas, el espectáculo Ne m'oublie pas es un bálsamo para el espíritu, una oportunidad impagable para relajarse y rozar la felicidad durante 90 preciosos minutos.
La compañía durante su actuación |
Lola Ramírez
La música, las voces, la danza, las coreografías y la mágica puesta en escena, hacen del espectáculo que Philippe Genty y Mary Underwood nos ofrecen en los Teatros del Canal, un auténtico deleite para los sentidos. No es de extrañar que a Philippe Genty le hayan llamado en más de una ocasión el maestro de los sueños, ya que los domina como nadie. La odisea visual en la que actores y marionetas de tamaño humano se confunden y mezclan es tan convincente que, a veces, el espectador duda si la bailarina que se ha caído es una persona o una muñeca. ¿Es posible que un ser humano pueda adoptar esa postura tan inhumana? Y, por contra, ¿es posible que una marioneta pueda parece un ser animado? Pues sí, Genty consigue que sus actores/bailarines nos confundan con alegría. No hace mucho Genty sufrió una lesión cerebral que le juega alguna que otra mala pasada pero que no merma un ápice su derroche de creatividad. Mary Underwood, coreógrafa de la compañía y esposa de Philippe, suple con naturalidad estas pequeñas fechorías que la vida le ha impuesto al genial creador.
La música, las voces, la danza, las coreografías y la mágica puesta en escena, hacen del espectáculo que Philippe Genty y Mary Underwood nos ofrecen en los Teatros del Canal, un auténtico deleite para los sentidos. No es de extrañar que a Philippe Genty le hayan llamado en más de una ocasión el maestro de los sueños, ya que los domina como nadie. La odisea visual en la que actores y marionetas de tamaño humano se confunden y mezclan es tan convincente que, a veces, el espectador duda si la bailarina que se ha caído es una persona o una muñeca. ¿Es posible que un ser humano pueda adoptar esa postura tan inhumana? Y, por contra, ¿es posible que una marioneta pueda parece un ser animado? Pues sí, Genty consigue que sus actores/bailarines nos confundan con alegría. No hace mucho Genty sufrió una lesión cerebral que le juega alguna que otra mala pasada pero que no merma un ápice su derroche de creatividad. Mary Underwood, coreógrafa de la compañía y esposa de Philippe, suple con naturalidad estas pequeñas fechorías que la vida le ha impuesto al genial creador.
Cuando a principios de los noventa este autor teatral francés se rodeó de nueve actores de la escuela de teatro gestual de Verdal en Noruega, no creía que el resultado fuera a ser algo tan espectacular.
Clarisse, una chimpancé de tamaño humano ataviada con un largo vestido, aparece a lo largo de la obra para ojear e interrogarse sobre unas figuras humanas que surgen del pasado. Los papeles están invertidos; ella al otro lado de una jaula imaginaria, su presencia permanente acentúa la absurdidad de los comportamientos humanos más irrisorios y patéticos.
Desde el 12 hasta el próximo 22 de febrero Ne m'oublie pas estará en los Teatros del Canal. La obra se estrenó en el Teatro de la Ville de París en 1992 y desde entonces ha recorrido el mundo. Fascina en cada lugar donde se representa. Ne m'oublie pas es una obra para toda la familia: niños, jóvenes, padres y abuelos disfrutan por igual. A pesar de la crisis o quizás precisamente para aliviarnos de ella, es muy recomendable asistir a este maravilloso espectáculo y notar cómo, desde el primer minuto hasta que se apagan las luces del escenario, una sonrisa se aparca en nuestros labios y en nuestro corazón.
Dirección artística: Philippe Genty
Puesta en escena: Mary Underwood Asistente : Eric de Sarria
Asistente aprendiz: Yngvild Aspeli
Música: René Aubry
Intérpretes: Ánne Mággá Wigelius, Annie Dahr Nygaard, Morten Anda Berg, Lena Kvitvik, Henrik Hoff Vaagen, Benedikte Karine Sandberg, Sjur Marqvardsen, Maja Bekken, Stine Fevik.
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