domingo, 21 de junio de 2015

Philip Connaughton, coreógrafo y bailarín

Philip Connaughton. Foto: Chris Nash

Originario de Dublín (Irlanda) Philip Connaughton se formó en el Rambert School of Ballet and Contemporary Dance de Londres. Vivió  catorce años en Barcelona (España) trabajando con Thomas Noone Dance, Lanonima Imperial, Sol Picó Rami Levi Dance. En 2012 fue artista residente en Axis Ballymun (Dublín) donde tuvo la oportunidad de crear la pieza Mortuus Est Philippus para el Dublín Dance Festival.

Cristina Ribé

Su primer solo, Embody, fue creado durante una residencia en el Movement Research de New York y desde entonces se ha representado en varias ocasiones en esa ciudad así como en Méjico DF, Barcelona, París y en un tour por diversas ciudades de Irlanda.

Ensayos de Tardigrade. Foto: Luca Truffarelli
También ha trabajado para el teatro y la ópera coreografiando El Vampiro para Cork´s Midsummer Festival así como The Threepenny Opera para el Dublin Theater Festival y otros.

Su última obra, Tardigrade, obtuvo el premio al mejor diseño en el Dublin Fringe Festival 2014. Actualmente trabaja como coreógrafo/ayudante de Director en la nueva producción del Everyman Theater, Fausto, así como con la compañía Kashyl de París, y en Dublin con John Scott Dance y Liz Roche Company.

Reflexiones del artista

Como profundo amante de la danza que es, Philip nunca se ha conformado con las reglas establecidas. Temeroso y consciente de que es muy difícil gustar a todos los públicos, se arriesga y crea Embody. A partir de una experiencia muy próxima  a él, (su tía sufría la enfermedad de Parkinson), se pone en el lugar físico de ella e intenta vivir en primera persona esas terribles sensaciones y transmitirlas al público.

Siempre ha sido consciente de que no se debe crear una coreografía “porque sí” Él estuvo bailando durante años, disfrutando de la danza en cada instante hasta que llegó el momento en que surgió EL MOTIVO, surgió un fin al que llegar a través de la creación de una serie de movimientos que le permitieran expresarse, mostrar a la gente sus propias ideas. 

Tardigrade. Foto: Luca Truffarelli
Sabe que no es fácil conectar con el público, ha de conseguir el equilibrio entre lo que él quiere hacer y lo que gusta a la gente. En España, como país mediterráneo que es, se adora a la estética, la melodía, los pasos, las músicas… todo ha de ser bello para agradar a la audiencia, el baile ha de ser más baile. En Irlanda se puede ser más simple, más lineal, el público es más rudo, no tan exigente a la hora de valorar lo bonito, lo singular, lo agradable… la experimentación resultaba más comprensible.

Por eso decide regresar a Irlanda e incorporarse como artista asociado a Dance Ireland. A partir de entonces los directores le llaman para colaborar en grandes producciones teatrales y descubre otra faceta que desconocía y que le abre los sentidos. Disfruta dirigiendo a toda esa gente: “es fabuloso porque te das cuenta de que no hace falta bailar para hacer tuya una pieza. Uno se va haciendo mayor y es fantástico tener bailarines a tu cargo a los que adoras como tales y que siguen a la perfección tus directrices“.

Su última creación Tardigrade, pieza extraña con muchas realidades en el mismo espacio, posee un trasfondo biológico atípico en este tipo de danza y merece una pequeña explicación para poderla valorar en su justa medida.

El Tardigrade es un animalito microscópico que se encuentra en todas partes. Su particularidad más interesante es la fuerza interior. La NASA los llevó al espacio y tras una larga temporada regresaron a la tierra y ¡no les había pasado absolutamente nada! 

Tardigrade. Foto: Luca Truffarelli

También experimentaron con ellos condiciones ambientales muy duras, ellos se secaron, adaptándose al medio y así estuvieron durante mucho tiempo, pero sin morir.  Philip considera a estos seres metafóricamente muy interesantes porque nos enseñan que cuando todo va mal, cuando las condiciones de nuestra vida son adversas, hemos de asimilar lo que nos está ocurriendo y, en la medida de lo posible, vivir… pensar que tarde o temprano las cosas mejorarán.

Es realmente una pieza original, con una puesta en escena cuidada y calidoscópica, una fiesta con monólogos, varias realidades, voces estridentes, criaturas extrañas, ágiles bailarines, cosmología, tecnología, biología, artificialidad… Es mi perro, eres tu mirando a mi perro y el paseante que todo lo observa.


Intenta entenderlo o sólo únete a nosotros en esta locura y disfruta del espectáculo porque vale la pena.


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