Leoannis Pupo-Guillen. Foto: Rupert Larl |
Con
coreografía y libreto de Marie Stockhausen, la
TanzCompany de Insbruck (Austria)
que dirige el bailarín y coreógrafo catalán Enrique Gasa
Valga, presentó
Charlie Chaplin en el
Tiroler Landestheater sede de
la compañía.
Cristina Ribé
A
pesar de estar localizado en una ciudad pequeña, el Tiroler
Landestheater de Innsbruck es un Teatro con una larga historia.
En 1629 Christopher Gump, importante arquitecto de la época,
transformó una casa particular en “Comedihaus”,
a partir de entonces y a lo largo de los años, sufrió ampliaciones
y renovaciones hasta en 2003 llegar a su estado actual, un centro
polivalente y moderno donde se llevan a cabo todo tipo de ambiciosas
producciones. Dispone de dos salas, una para 800 personas y otra más
pequeña con capacidad para 250.
Lore Pryszo, Leoannis Pupo-Guillen y Gabriel Marseglia Foto: Rupert Larl |
Enrique
comentaba en una entrevista al iniciar su carrera, como principal
responsable de la compañía de danza: Mi mayor deseo es formar
una compañía que despierte un alto nivel de inspiración en la
audiencia y que, asimismo, a través de la danza, se enriquezca el
mundo del arte del Tirol. Ese
deseo, esa ambición, se ven cumplidos en cada ocasión en que se
representa una de sus obras, ha sabido entusiasmar y el público ya
no puede estar sin él.
En
esta ocasión, la obra que nos ocupa no ha sido creada por Enrique,
sino por una de sus bailarinas principales. La calidad de la misma
demuestra la categoría de los profesionales que rodean a nuestro
querido y admirado artista.
Natalia Fioroni y Paolo Giglio Foto: Rupert Larl |
Marie
Stockhausen nos sorprende con una maravillosa coreografía que
despierta en el público alegres sentimientos. Con Charles Chaplin
(Leo Pupo-Guillen) como protagonista, uno se puede imaginar que
el humor aparecerá en algún momento… y así es durante casi todo
el espectáculo. Plasma la vida del cómico en pequeñas pinceladas,
a modo de “flashes”, la mayoría de ellos con música en directo
(chelo, violín y piano), cada pieza es diferente tanto en el
contenido como en el tipo de música que acompaña las variaciones de
los bailarines: Tango, Shubert, Massenet, Tschaikovski, Sinatra,
… Nos muestra sus ilusiones, sus viajes, sus mujeres, su madre,
detalles de sus películas… También la decepción y la tristeza
que todos experimentamos en nuestra vida, pero eso se refleja de un
modo meramente insustancial, priman las buenas sensaciones.
Le
acompaña casi siempre un Chaplin femenino (Lara Brandi), ella
es ligera, expresiva, forman un tándem perfecto, no en vano
representa su alma, su sombra, la imagen del personaje reflejada en
el espejo.
El contacto con el público es constante, tanto los
protagonistas como el cuerpo de baile, conectan directamente con la
gente que sigue al detalle los rápidos cambios que se suceden en
escena, quizás el hecho de que se encuentren tan próximos
físicamente (es un local con cabida para 250 personas), hace que la
audiencia se sienta totalmente integrada en la trama. Capta la idea,
la hace suya, ríe y sonríe con las ocurrencias del querido y
conocido cómico universal.
Lara Brandi y Leonnis Pupo-Guillen. Foto: Rupert Larl |
Leoniss
Pupo-Guillen nace en Cuba en 1983, desde muy pequeño siente que
tiene alma de actor, pero por cuestiones organizativas del Partido se
decide que será bailarín y a ello se dedica en La Habana iniciando
una carrera imparable. Tras una temporada bailando en Oregón (USA),
en 2011, buscando estabilidad familiar, se traslada a Europa y es
contratado por el Ballet del Tirol en Innsbruck. Su rol de Charlie
Chaplin está magníficamente llevado y, a parte de sus grandes dotes
de bailarín, esta obra demuestra su gran categoría de actor, de
hecho nos comenta: ”Bailo para poder actuar…” Un bailarín muy
completo al que auguramos muchos más éxitos en el futuro.
C'était si beau ! Je m'en souviens cinq ans plus tard comme si c'était hier !
ResponderEliminarMerci beaucoup!!
ResponderEliminar