Danza en el marco del Festival Internacional de Música de Benicasim, otra iniciativa de Gabriela Foschi, en estrecha colaboración con Patsy Kuppe-Matt, gracias a la cual el nombre de Castellón es aún más una referencia en el mundo de la danza de este país.
Se trata de una gran gesta: Introducir la danza en un festival que congrega en cuatro días a a más de 120.000 jóvenes llegados de los más diversos puntos del planeta y con un gran despliegue de medios de comunicación informando puntualmente sobre todo lo que acontece. El temor de que la gente se centrara en los conciertos y no acudiera a la cita con la danza pronto se reveló como infundado ya que las actuaciones cuentan con una afluencia masiva de público. Incluso con lluvia, y ha llovido en más de la mitad de las ediciones, jamás se ha suspendido la función, porque el numerosísimo público se ha quedado aguardando pacientemente a que amainara el temporal y pudiera secarse el escenario, para poder disfrutar del espectáculo.
Dangerous grounds Foto : Rocio Gayoso |
Un espectáculo que consiste en la muestra del taller “ Obras Maestras del siglo XX”, el taller de La Companyia que se prepara en paralelo en Barcelona y una gala de danza especialmente organizada para la ocasión.
Pero hoy queremos hablar sobre todo de los talleres “Obras Maestras del Siglo XX”, unos talleres de danza cuyo objetivo es hacer posible el encuentro de jóvenes provenientes de diferentes Centros Formativos Nacionales e Internacionales; promover la comunicación y el intercambio de conocimientos y dar a conocer el Patrimonio dancístico de los maestros del siglo XX, tanto a los jóvenes en formación, como al público que asiste a la puesta en escena.
El Taller es gratuito y abierto a los jóvenes bailarines que tengan un adecuado nivel técnico y deseen participar. Unos treinta alumnos, chicos y chicas, provenientes de diversos centros tales como el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma de Madrid, del Centro de Danza Carmen Roche, el Conservatorio Profesional de Danza de Valencia, Ribaroja, la escuela superior de Dresden y de compañías profesionales y los becarios de la Convocatoria Nacional de Danza de Castellón, participan con mucho interés en el Taller, tanto en las clases técnicas como en las de repertorio, superando el reto que supone para un joven acercarse a un coreógrafo consagrado como Kylian, Ailey, Forsythe, etc.. y realizando luego una actuación satisfactoria en la Cita con la Danza del FIB.
En paralelo, en Barcelona y en colaboración con La Companyia dirigida por Elise Lummis, también se trabaja para la Cita. En este caso se trata de una nueva creación, siempre de un buen coreógrafo. El apoyo de la Asociación que Gabriella preside, Asociación Terpsícore de Castellón, consiste en becar a través de la Convocatoria Nacional de Danza a un mínimo de seis jóvenes bailarines, abonando las correspondientes cuotas a la Companyia.
« Costó años conseguir que la Universidad quisiera introducir la Danza dentro de sus actividades culturales y ha sido suficiente un cambio de Vicerector, para que pese a las promesas públicas (rueda de prensa de 2010) se acabara como una pompa de jabón”.
Taller Forsythe - Foto : Pau Bellido |
Así empieza a contarnos Gabriella Foschi sobre esta iniciativa que ha conseguido mantener con mucho tesón, esfuerzo y dedicación, en Castellón, junto al Concurso Internacional y otras actividades, apoyada por personas que como ella, lo dan todo por la danza.
“Si bien la labor de La Companyia , se ha venido realizando desde 2001 sin interrupción, siempre contando con coreógrafos relevantes, el taller de Benicasim ha pasado por muchas vicisitudes. El primer intento fue en el 2000 gracias a la colaboración de Eva Crevillen, pero sin financiación alguna, finalmente no se pudo seguir”, sigue contando esta mujer que está demostrado que cuando se propone algo difícilmente se da por vencida.
“En el 2006, conseguimos poner en marcha el primer taller con la colaboración de la Fundación Kylian de Jean Emile y de la nueva Vicerectora de la UJI Margarita Porcar y se preparó un extracto de Nomaden. Al año siguiente, en 2007, fue con la Alvin Ailey Foundation y Tyrell Rolle con los que se trabajó su Dangerous Grounds. Siguió 2008 con la colaboración de Nils Christe y Pilar Martí y Diego Brichese con Pourcell Pieces. El 2009 fuel el año de Hans Van Manen y Fiona Lummis con Kammerballet y Lieder ohne Worte y en 2010 una coreografía de William Forsythe con Amancio González : Firstext.
“Desde 2007 Patsy Kuppe Matt entró a formar parte del proyecto como maître de ballet y ha estado colaborando en establecer contacto con los coreógrafos más importantes y conseguir el permiso para trabajar y poner en escena sus obras. Gracias a ella, pudimos hacer Firstex y en 2011 una obra de Itzik Galili con Leonardo Centi, el primer bailarín y asistente de Itzick.
Este año hemos hecho Rattika de Mats Ek, con la colaboración de Allyson Way Wanselius y por supuesto, de nuevo, la valiosa e insustituible colaboración de Patsy”, cuenta Gabriella.
Patsy, por su parte, se muestra entusiasmada con la experiencia. “Yo he estado en el Concurso de Castellón desde sus inicios, nunca me lo pierdo, quiero mucho a Gabriella y admiro su tesón y su coraje por lo que siempre estoy dispuesta a participar en cualquier cosa que ella emprenda, pero además la experiencia en Benicasim es algo que realmente encaja muy bien con mi manera de entender la danza y mis objetivos personales”.
Drumming - Foto : Pau Bellido |
Patsy que, como hemos mencionado, además de conseguir los contactos para que los maestros accedan a colaborar en el taller, es la “maître” de ballet de los talleres, nos comenta. “Dar clases me apasiona y mi franja de edad favorita son los post adolescentes, esos jóvenes listos para enfrentarse al mundo profesional”. “Benicassim es una gran plataforma para acercar la danza a la juventud y trabajar piezas de coreógrafos de tanto renombre, hace que más jóvenes bailarines, medios y también público, se interesen por ello. Son muchos los jóvenes extranjeros de países con más cultura en danza, los que se acercan, cerveza en mano, para disfrutar de un espectáculo al borde del mar, con la luna como observadora privilegiada. Y son muchos los que repiten cada año”.
Los bailarines del taller trabajan normalmente dos semanas enteras. En la enorme sala de un gimnasio del instituto, dos horas de clase para empezar y luego ya la preparación del taller con el coreógrafo. “Me tomo todo el tiempo del mundo para dar mis clases, unas clases que han ido evolucionando y con el tiempo se han convertido en una experiencia vital, para mi y para mis alumnos. En una ocasión Bill Forsythe estaba viendo una clase mía y al oírme decir “happy ballet” cortó la clase y dijo: vamos todos a trabajar el “happy ballet” (risas) sí son un poco atípicas…” y sigue “¡claro que trabajo la técnica! Es imprescindible hacerlo, pero cuido mucho el stretching, estirar cuerpo, pero también la mente, para que todo salga, para que los sentimientos fluyan.
Miro más hacia unos resultados enfocados en la expresión del movimiento en general, porque sólo cuatro gatos querrán salir a escena a hacer ocho piruettes a la seconde, la mayoría no lo harán y con los que lo hagan ya trabajaremos aparte en eso” “Lo que yo busco es una técnica limpia, que brille en escena, que permita moverse bien y que trascienda y sobretodo que el bailarín se sienta feliz bailando”. “¡Qué poco me gusta lo que evoca la película “Cisne Negro”! No la he ido a ver y no pienso hacerlo, después de leer lo que escribió John Neumeier y otros comentarios de gente de la profesión, yo misma escribí una carta a todos mis amigos y conocidos pidiéndoles que no fueran, creo que es nefasta para la danza. Muestra todo aquello que aborrezco y que creo que afortunadamente ya está prácticamente superado” comenta Patsy.
Lieder Ohne Worte - Foto : Pau Bellido |
Cuando los cuerpos, y las mentes, ya están calentados, los chicos siguen unas tres horas preparando la coreografía. Ambas experiencias son sumamente reveladoras ya que muchos de ellos han descubierto allí, facetas desconocidas de su personalidad artística, una revelación de hacia donde quieren enfocar sus carrera.
“Los nombres de los coreógrafos que se han trabajado es alucinante y el nivel no va a bajar, siempre pensamos traer a los grandes, hablando de los Maestros intentamos empezar por los más mayores, gente que ha marcado este siglo, pero vamos a ir incluyendo nuevas generaciones por ejemplo Rafael Bonachela podría estar en un futuro próximo” concluye Patsy.
Sorprende que una actividad así, con los nombres que colaboran, la “crème de la crème” de la danza internacional y todo lo que representa para las nuevas generaciones de bailarines, no obtenga más apoyo ni tenga más difusión.
Por suerte la VIU , una universidad privada que tiene dos años de vida (Universidad Internacional Valenciana) y que ya colaboró el año pasado, ha querido asumir la casi totalidad del coste del Taller para esta sexta edición y ha demostrado un gran interés en hacer suyo el proyecto en el futuro.
“El proyecto original era lograr tres cursos paralelos, para bailarines, para profesores y para alumnos de Instituto. En la primera se lograron dos cursos, para bailarines y profesores, en la segunda los tres cursos, con la colaboración del CEFIRE y a partir de ahí ya solo hemos conseguido mantener el Taller. ¡Qué difícil es reunir financiación para proyectos en los que la Danza sea el eje!, ni por muy interesantes que puedan ser, ni por la proyección internacional que les proporciona el estar enmarcados en una actividad que mueve miles de personas como el FIB” se lamenta Gabriella.
Pourcell pieces - Foto : Pau Bellido |
“Me pregunto hasta cuando seguirá siendo así, todo en función de la buena voluntad de unos cuantos. Lo cierto es que los que han podido participar, han conseguido en quince días, gracias a quienes imparten el taller, el milagro de hacer suyo el trabajo y ponerlo en escena con tanta ilusión por lograr superar sus propios límites y transmitir esa misma ilusión al público asistente, que observarlo emociona. Ver como día tras día se va transformando el material coreográfico hasta llegar al resultado final y como evolucionan los jóvenes que asisten al taller, bien merece el esfuerzo que supone hacerlo posible » concluye Gabriella.
Por suerte ella no se rinde fácilmente, como la heroína de un cuento de esos que tanto han aportado al mundo del ballet: una Cenicienta que lucha y se implica en cualquier tarea, o esa cerillera que, pese al frío y al cansancio, va prendiendo llamas con la esperanza de que no se acaben las cerillas antes de haber conseguido una garantía de continuidad para sus proyectos, ella sigue luchando contra los imposibles. Y en colaboración con grandes profesionales que admirados por su energía y empuje se suben con ella al carro, consigue hacerlos posibles.
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