Ivan Vasiliev y Oxana Bondareva en el Paso a dos de Don Quijote. Foto: Josep Guindo |
Para
su propuesta de danza del mes de Marzo, el
Centre
Cultural de Terrassa
nos ha ofrecido una Gala dirigida por la gran estrella rusa Ivan
Vasiliev.
Rodeado por una selección de bailarines de las mejores compañías
rusas, como el Bolchoi
o el Mariinsky,
así como una pareja del Ballet
Nacional de Polonia,
el célebre bailarín ha aprovechado la ocasión para el estreno
mundial de su pieza Amadeus,
con la música del Andante del
concierto para piano nº21 de Mozart,
tocado en directo por Albert
Guinovart.
Carolina
Masjuan
Ivan
Vasiliev es un auténtico mito y es sobradamente conocido por el
público catalán gracias a sus actuaciones en diversas galas o con
el ABT
y su Don
Quijote
en el año 2012 en el Liceu,
así como por algún sonado desplante, tal vez involuntario. Así
pues, las entradas estaban agotadas desde hacía semanas y se
respiraba un ambiente de gran expectación en el querido auditorio de
Terrassa, lugar de referencia para la danza no solo en Cataluña sino
en toda España.
Diana Kosireva y Alejandro Smolyaninov en Flammes de París. Foto: Josep Guindo |
Ivan
Vasiliev era el reclamo y la estrella indiscutible, sí, pero se
mostró generoso y trajo un elenco de alto nivel cuya participación
fue equilibrada, con las mismas intervenciones cada pareja de
bailarines en cada una de las dos partes en las que se dividió el
espectáculo.
Ivan
se reservó el cierre de cada una y para concluir la primera,
presentó en estreno mundial su pieza « Amadeus » con
la música del Andante del
concierto para piano nº21
de Mozart, tocado
en directo por Albert
Guinovart.
Una obra que quiso hacer fresca, con un guiño al film
de Milos
Forman,
pero que francamente adolece de sentido y musicalidad. Sí, él es
simpático y tiene mucho carisma y su partenaire, Ocsana
Bondareva, es
una bailarina de gran calidad, pero la coreografía es vacía, nada
interesante.
Y es una lástima que esa preciosa música, tan
sabiamente coreografiada anteriormente, como por ejemplo en el caso
de Petite
Mort de
Jiri
Kylian,
sea utilizada de forma tan poco agradecida. El sentimiento de
decepción que flotaba en el ambiente durante el entreacto era muy
evidente. La participación de Ivan no había respondido para nada
a las expectativas, a pesar de contar con el Maestro Ginovart
interpretando la música en directo, lo cual siempre se agradece.
Ivan Vasiliev y Ocxana Bondareva en Amadeus. Foto: Josep Guindo |
Además
de Amadeus,
la primera parte del programa incluyó pasos a dos de ballets como La
Bella Durmiente,
bailada por Chinara
Alizadeh
(primera bailarina del Bolshoi y del
Ballet Nacional de Polonia)
y Vladimir
Yaroshenko
(Primer Bailarín del Ballet Nacional de Polonia). El
Corsario
con María
Mishina y
Andrei Bolotin
(Solistas del Bolshoi).
El pas de deux de Palitra
Zhizni desconocida
para nosotros y que estuvimos encantados de descubrir porque es una
belleza, con música de Federico
Chopin
y coreografía de Elena
Limeshevskaia,
sublimemente bailado por Anna Scherbajova y
Dmitri Kotermin (Primeros
bailarines del Rusian
State Ballet)
y las Flammes
de Paris
bailado con hermosa técnica y brillante brío por Diana Kosireva y
Alejandro
Smolyaninov
(Bailarines Principales del Bolshoi).
Abrió
el segundo acto, el paso a dos del Cisne
Negro,
bailado por Anna Scherbajova y Dmitri Kotermin que resultaron ser los
bailarines más elegantes de la noche, un verdadero príncipe él,
con magníficas elevaciones y sobre todo recepciones perfectas y con
gran seguridad. La
Sylphide
por Maria Mishina y Andrei Bolotin, ligera y delicada ella y hermoso
trabajo de pies él. El adagio de La
Bayadère
por Diana Kosireva y Alexander Smolyaninov.
El ballet neoclásico La tempestad, coreografía de Krzysztof Pastor y música de Henry Purcell y bailado por Chinara Alizadeh y Vladimir Yaroshenko y, por último, los fuegos artificiales que siempre están asegurados por Vasiliev cuando ataca el papel de Basilio.
Anna Scherbajova y Dimitri Kotermin en Palitra Zhizni. Foto: Josep Guindo |
Ahí nada que objetar, el impresionante bailarín ruso nos ofreció
lo que se esperaba de él, aunque un poco más contenido que en otras
ocasiones, pero siempre espectacular, con esos saltos inimaginables,
sus giros rápidos y con buena química con Oxana Bondareva, con muy
buenos portés y equilibrios que desataron el entusiasmo del público.
El
fin de fiesta, con todos los bailarines uniéndose a las dos
estrellas, o mejor dicho, a la verdadera estrella, el gran Ivan
Vasilev, brindándonos cortas pero virtuosas intervenciones de danza,
fue
el magnífico colofón a
una gala que a pesar de la pequeña decepción que supuso Amadeus,
fue una auténtica delicia para los muchos balletómanos que en Terrassa pueden satisfacer su sed de ballet.
Todos los bailarines participantes, al final del espectáculo. Foto: Josep Guindo |
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