Babel 2.0. Foto: Felipe Campos |
Con
bailarines de ambos lados del Atlántico, Barcelona y Cuba, María
Rovira ha presentado en el Mercat dentro de la programación del
Festival Grec, un programa en el que nos muestra alguno de sus
últimos trabajos para la compañía Acosta
Danza, la compañía que Carlos Acosta creó el año pasado tras
retirarse como bailarín principal del Royal Ballet de Londres.
Completó el programa una revisión de su emblemático ballet “El
Salt de Nijinsky” y una obra de 1987 de la coreógrafa invitada, la
cubana Marianela Boan, pionera
de la danza moderna en Cuba.
Carolina Masjuan
María Rovira ha sido todo un referente en la escena de la danza en Cataluña, una rara avis dentro de un panorama de artistas de danza contemporánea que se han movido mayoritariamente dentro de la escena local. Con la carrera de Clásico, de Contemporáneo y de Música y Piano y con una formación internacional que incluye Francia, Estados Unidos, Alemania o Cuba, recuerda María que empezó a bailar a los cinco años y desde entonces la Danza ha sido su ilusión diaria y su pasión. Empezó bailando clásico pero a partir de los doce años inventaba bailes cada semana en el colegio, en la academia de Danza, con su equipo de atletismo,... "Bailar me emocionaba, me concentraba en la vida, me involucraba emocionalmente con mis compañeros y con la humanidad" recuerda María. "Para mí la danza era una manera de vivir la vida y era la vida que yo quería vivir" afirma.
Carolina Masjuan
María Rovira ha sido todo un referente en la escena de la danza en Cataluña, una rara avis dentro de un panorama de artistas de danza contemporánea que se han movido mayoritariamente dentro de la escena local. Con la carrera de Clásico, de Contemporáneo y de Música y Piano y con una formación internacional que incluye Francia, Estados Unidos, Alemania o Cuba, recuerda María que empezó a bailar a los cinco años y desde entonces la Danza ha sido su ilusión diaria y su pasión. Empezó bailando clásico pero a partir de los doce años inventaba bailes cada semana en el colegio, en la academia de Danza, con su equipo de atletismo,... "Bailar me emocionaba, me concentraba en la vida, me involucraba emocionalmente con mis compañeros y con la humanidad" recuerda María. "Para mí la danza era una manera de vivir la vida y era la vida que yo quería vivir" afirma.
Babel 2.0. Zeleidy Crespo y Keyvin Martínez Foto: Xavier Carvajal |
Era
una época en la que la palabra coreografía no existía. Tras
frecuentar una escuela de danza en su Mataró natal, a los diez años
fue al Institut
del Teatre
convencida ya su madre de que aquello iba en serio y avalada la
decisión por una monja del colegio que afirmaba que María era una
artista. En el Institut por entonces casi no había nadie estudiando
Danza. A los diecisiete años se fue a Francia a estudiar Danza
Contemporánea. "Era una gran época -años 80 al 84- y éste ya
fue el cambio brutal. De allí me dieron una beca para estudiar con
Merce
Cunninham, Martha Graham
y me fui a Nueva York en el 85. También me fui a estudiar en la
Folwalgdhule
de Essen con Pina
Bausch.
Allí conocí a mi gran maestro que me cambio la vida: Hans
Zulling
(bailarín de joven de Kurt
Joss)
lo encontré a los 76 años y fue uno de mis maestros más queridos
hasta que se murió. Lo seguía por todo el mundo" nos explicó
María.
Su
idea era crear coreografías, nunca quiso ser bailarina. "Me
encanta bailar y he bailado, pero siempre sentí la necesidad de
crear obras y me salía del alma desde pequeña. Me encantaba
experimentar con el movimiento, me encantaba probar todas mis ideas,
¡me gustaba tanto buscar músicas especiales, trabajar con músicos
y que se compusieran músicas para las piezas!" prosigue
entusiasmada.
También
la dramaturgia la atrajo y estudió teatro con Sanchis
Sinisterra
en la Sala
Becket,
formándose en el campo de la dramaturgia y de la interpretación,
siendo la precursora de la Danza en la Sala Becket de Barcelona
cuando volvió.
Babel 2.0. Alejandro Silva y Laura Treto. Foto: Felipe Campos |
"En
aquel tiempo existía la Bienal
de Danza Contemporánea
y gané el concurso para presentar mi creación y así empezó mi
compañía TRÀNSIT
DANSA.
Con bailarines que yo formé durante un año en Mataró y la
presentación en esta Bienal internacionalizó mi compañía. Fue el
año en que abrió el Mercat
de les Flors y
me vinieron a buscar para proponerme hacer una obra y a partir de ahí
ya todo se disparó. Fuimos casi la primera compañía que era
residente y estrenábamos cada año en el Mercat recuerda
nostálgica. Porque sí, se trata de ese mismo Mercat que
le abrió tantas puertas y el mismo que ahora ha desestimado su
proyecto de dirigirlo.
María,
tras tener que disolver Trànsit con la que realizó giras por todo
el mundo y estrenó piezas muy valoradas también fuera de nuestras
fronteras y que han sido representadas por otras compañías, recaló
en Colombia durante casi cuatro años donde contribuyó
a renovar y modernizar el Ballet
Folklórico de Antioquía. Ahora
ha vuelto a encontrar su lugar en Cuba. Con este país caribeño,
isla de referencia en el mundo del ballet, ha tenido María una
relación muy intensa e ininterrumpida. A lo largo de su trayectoria,
María ha creado piezas tanto para el Ballet
Nacional de Cuba
como para Acosta
Danza,
la compañía que Carlos
Acosta
creó el año pasado tras retirarse como bailarín principal e icono
de la danza en el Royal
Ballet
de Londres (su compañía se podrá ver en el Festival Castell Peralada
cerrando el cartel de este año donde él mismo bailará en alguna
pieza).
Así
pues, algunos de los bailarines cubanos invitados por María para el
Grec, forman parte de Acosta Danza e interpretan ahora una serie de
piezas coreográficas que dejan constancia de la conexión cubana de
la coreógrafa del Maresme. La
propia Alicia
Alonso
les nombró a ella y a Ramon
Oller
como coreógrafos de referencia del panorama catalán (lean la entrevista que concedió a Ballet y mas en Junio aquí). No es
extraño que ahora, cuando ha decidido volver a trabajar en su tierra
y una vez más presenta propuesta en el Mercat (esta vez dentro
de la programación del Festival
Grec) nos ofrezca un repertorio que incluye una pieza de una coreógrafa
cubana y un elenco formado por bailarines de ambos lados del
Atlántico.
Babel 2.0. Foto Xavier Carvajal |
El
repertorio que María presentó estuvo compuesto de cuatro ballets. El
Cruce
sobre el Niágara
es una coreografía estrenada en 1987 por la compañía
Danza Contemporánea
de Cuba
y que se inspira en una pieza teatral del mismo título del
peruano Alonso
Alegría.
La firma Marianela
Boan, una
de las artistas más destacadas de la danza contemporánea cubana y
artista invitada de Maria Rovira. Es
un dúo masculino desarrollado en una diagonal de luz. Alejandro
Silva y
Julio León,
ambos de Acosta danza, hacen gala de su dominio de la técnica
en una danza lenta requiriendo gran control del cuerpo y del
movimiento. María comentó: "Boan fue pionera de la danza
moderna en Cuba, fundadora de la compañía DanzAbierta
que ahora dirige una catalana, Susana
Pous,
que durante ocho años bailó conmigo en Trànsit". 'El cruce
sobre el Niágara' fue una de las primeras coreografías
modernas que triunfó en Cuba.
Siguió
El
Salt de Nijinsky
pieza que Maria Rovira creó con Trànsit Dansa y que
ha reelaborado
con siete intérpretes cubanos.
Se trata de una combinación de elementos coreográficos
clásicos y contemporáneos con música original de Javier
Gamazo y
Marc Álvarez que
toma como punto de partida una famosa fotografía del bailarín
Vaslav
Nijinsky,
en la época en que estaba internado en un sanatorio mental,
haciendo un salto espectacular cuando recibió
la visita de Serge
Lifar. Una
indagación en los misterios de la memoria y en el significado
metafórico del salto. Pieza coral con alusiones coréuticas al
trabajo del gran bailarín. "Queda
poco del original. He rediseñado casi toda la obra. Ahora es
menos abstracta. Aparece la figura de Nijinsky y el resto de
bailarines dejan entrever a todos los personajes que representó en
sus obras mediante los gestos y el baile" comentó María. "He
cambiado ciertas cosas de la estructura porque tengo ganas de
seguir evolucionando. La obra se estrenó hace diez años. Nijinski
estuvo cuatro años de gira por el mundo y yo también he estado
fuera casi el mismo tiempo y he cambiado" concluyó.
El Salt de Nijinsky. Foto: Felipe Campos |
Impronta
es un solo femenino firmado por Maria Rovira sobre música de
José Peón
que se inspira en las diversas imágenes que la
bailarina protagonista sugiere a la autora. Interpretado
por Zeleidy Crespo,
viaja desde el folclore cubano a la danza moderna, con ritmos entre
tradicionales y electrónicos. El vestido con mucho vuelo contribuye
a la vistosidad del movimiento.
Babbel
2.0
con música de Salvador
Niebla,
cerró el programa. Esta creación de María Rovira para la
Acosta Danza muestra, con el lenguaje del movimiento, como, en
un mundo donde estamos sobreexpuestos a la información, cada
vez estamos menos comunicados.
Se trata de una
de las primeras obras que creó para Acosta Danza en la que reunió a
veinticuatro intérpretes de los dos estilos de la compañía, los de clásico
y los de contemporáneo. En Barcelona vimos una versión distinta
para quince bailarines, todos ellos de contemporáneo, ocho de
aquí y siete de Cuba. Las
torres humanas que se forman al inicio y al final son momentos de
gran belleza y vistosidad. El elenco de bailarines es espectacular y
la coreografía es dinámica, incluyendo a una bailarina usando
zapatillas de punta, reflejo quizás también de esa incomunicación
que parece existir, aquí y solo aquí, entre el contemporáneo y el
clásico.
María
ha obtenido apoyo privado para crear una nueva compañía. Con sede
en la calle Balmes de Barcelona, dispone de un espacio para clases y
ensayos y aunque seguirá trabajando en ambos países, España y
Cuba, poder disponer de un elenco propio afincado en su tierra la
hace muy feliz. Esta nueva compañía se llama en
principio CreaBarcelona (Trànsit).
Gran capacidad de convocatoria la de María que obligó a poner más entradas a la venta situando sillas adicionales en los laterales para aumentar el aforo y gran éxito en cada una de las dos funciones con el público aplaudiendo de pie entusiasmado.
Felicitaciones y ¡Mucha Mierda María! A quienes luchan por sus sueños contra viento y marea,
a quienes tienen una visión global de la danza, sin límites ni
fronteras, a quienes aspiran a crear belleza y a emocionar, no podemos
más que desearles todo lo mejor.
Babel 2.0. Foto: Felipe Campos |
FICHA
ARTÍSTICA
ARTISTA
INVITADA: MARIANELA BOÁN
EL
CRUCE SOBRE EL NIÁGARA COREOGRAFIA:
MARIANELA BOÁN
MÚSICA:
OLIVIER MESSIAEN VESTUARI: LEANDRO SOTO IL·LUMINACIÓ: CARLOS
REPILADO
INTERPRETACIÓN:
ALEJANDRO SILVA I JULIO LEÓN
EL
SALT DE NIJINSKI COREOGRAFIA:
MARIA ROVIRA
INTERPRETACIÓN:
LAURA TRETO, LETICIA SILVA, ZELEIDYS CRESPO, ALEJANDRO SILVA, YASSER
DOMÍNGUEZ, KEYVIN MARTÍNEZ I JULIO LEÓN
MÚSICA:
JAVIER GAMAZO I MARC ÁLVAREZ
IMPRONTA COREOGRAFIA:
MARIA ROVIRA
MÚSICA:
JOSÉ PEÓN
BABBEL
2.0 COREOGRAFIA:
MARIA ROVIRA MÚSICA: SALVADOR NIEBLA DISSENY DEL VESTUARI: MARÍA
VICTORIA CRETENZE QUARTINO I VLADIMIR CUENCA DISSENY DE LA
IL·LUMINACIÓ: PEDRO BENÍTEZ
INTERPRETACIÓN:
LAURA TRETO, LETICIA SILVA, ZELEIDYS CRESPO, AINA GARGALLO SÁNCHEZ,
JOSIANNE ERIN FLEMING, VIRGINIA GIMENO FOLGADO, BORJA FERNÁNDEZ
VILAPLANA, ALEJANDRO SILVA, YASSER DOMÍNGUEZ, KEYVIN MARTÍNEZ,
JULIO LEÓN, CRISTIAN PÉREZ FARIELLO, KAILEN LEWIS, JESÚS BENZAL
MONTES I ABEL HERNÁNDEZ GONZÁLEZ
FOTOGRAFIA:
JOSÉ V. Y JORGE V. GABILONDO
Una
coproducción del Grec 2017 Festival de Barcelona y Maydab
Performance SL. Con la colaboración de CREA.
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