martes, 18 de septiembre de 2018

Don Quixot. La Compañía Nacional de Danza en el Liceu

Giada Rossi y Yanier Gómez. Foto: Josep Guindo

El Gran Teatre del Liceu abre de nuevo la temporada con Danza. Vuelve la Compañía Nacional de Danza (CND) y esta vez lo hace con el que ha sido el primer gran ballet de repertorio creado para ella por José Carlos Martínez, Don Quijote, que ya vimos en el Teatre Auditori de Sant Cugat, recién estrenado, hace ahora tres años. 

Carolina Masjuan

José Carlos nos contó en la rueda de prensa que aunque se trata de esa misma versión, ha ido introduciendo algunos cambios a medida que lo ha ido viendo, mejorándolo para hacerlo más dinámico y comprensible. Esta es su forma de trabajar, le recordamos en París tras el estreno de su Ballet para la Ópera de París, les Enfants du Paradís, cuando tras una función, se iba grabando a sí mismo comentando las correcciones o cambios que iba a introducir. 

Yanier Gómez flirteando con las amigas. Foto: Josep Guindo
Por cierto que en su primera visita al Liceu nos comentó “...podemos empezar a soñar con nuevas creaciones de las que yo podría ser el coreógrafo y ¿por qué no? Adaptar "Mes Enfants" para la compañía...” . Esperamos que sea pronto porque conservamos un muy grato recuerdo de ella. Pueden leer la entrevista completa aquí

Aunque su versión es fiel a la de Marius Petipa de 1869 y a la de Alexander Gorski de 1900, su propia experiencia como bailarín en París, donde alcanzó el rango de étoile, se inició como coreógrafo y donde bailó la versión de Rudolf Nureyev y la de Mikhail Baryshnikov, le ha inspirado para darle su propio sello, confesando que del primero se inspiró en su complejidad coreográfica y del segundo en su teatralidad y vivacidad. Y aunque su objetivo era basarse más en la del último, el primero fue el que tuvo más peso ya que esa era la que estaba y estará ya para siempre en sus genes.

Cristina Casa. Foto: Josep Guindo
En estos ocho años al frente de la compañía tras suceder a Nacho Duato, lo conseguido por José Carlos es realmente admirable. Él mismo aseguró que no esperaba llegar tan lejos. Y es que partiendo de una compañía contemporánea con sello de autor, ya tienen dos grandes ballets de repertorio, si contamos este Cascanueces que ya están ultimando y que podremos ver en Sant Cugat a mediados de Diciembre -de nuevo Sant Cugat presentando los estrenos de la Compañía Nacional de Danza ¡Gracias!- más la suite del también clásico Raymonda y un potente y variado repertorio neoclásico y contemporáneo. Tras los cinco años de contrato, ahora está en el último año de su primera prórroga de tres años. Otra de otros tres, está pues, confiamos, a punto de empezar. 

Además, la compañía ha ampliado su elenco, ahora cuenta con 50 bailarines, 34 de ellos españoles, lo que le permite venir a Barcelona con tres repartos diferentes. Cada uno de ellos tiene un atractivo especial. En uno se puede disfrutar de la querida y admirada bailarina madrileña, Cristina Casa, tan conocida en Cataluña de su época con Ángel Corella con quien permaneció casi hasta su disolución, cuando junto con su marido el también bailarín de la CND, Ion Aguirretxe, decidieran irse de España para integrar las filas del Real Ballet de Flandes. Invitada por José Carlos para su Don Quijote en el Teatro de La Zarzuela, Cristina decidió volver a Madrid cuando en la temporada siguiente les fueron ofrecidos contratos a ambos. Su partenaire en la noche del sábado, la única en la que Cristina bailó puesto que sale de una lesión, fue Anthony Pina, otro bailarín puntal en la compañía. 

Lucie Barthélèmy e Isaac Montllor. Foto: Josep Guindo

Encontramos también en las filas de la CND bailando sus clásicos, a otros componentes de la compañía de Ángel Corella, los hermanos Sánchez, Toby Mallitt o Helena Balla

Otros bailarines abordando roles protagonistas son jóvenes valores como Ángel García Molinero y Haruhi Otani. Es de agradecer que el Liceu, aunque fuese en el último momento, publicara los elencos, algo que debería ser habitual como lo hace para las óperas. 

María Muñoz. Foto: Josep Guindo
Ángel García, el joven bailarín de 20 años que “casi” debuta como Basilio, puesto que solo lo ha bailado una vez, confesó que es un reto bailarlo y además estrenar en el Liceu. Un reto al que se enfrenta con ilusión y que le parece "un sueño" puesto que desde pequeño quiso interpretar este personaje. Hay que decir que quienes le vieron en Barcelona solo han tenido palabras de elogio para su Basilio

José Carlos explicó "Como proyecto a largo plazo queremos dejar lugar a los jóvenes a la vez que a los veteranos. Esta alternancia dentro de mi ballet hace que viva y que yo también esté motivado para trabajar con ellos" 

José Carlos de lo que se queja es de seguir sin sede estable. "Somos una compañía itinerante. Hacemos 70 espectáculos al año y no podemos hacer más con tanto viaje. Los bailarines necesitan bailar más". Respecto al anuncio de poner en marcha ya el Centro Nacional de Danza que incluye espacio para las sedes de las dos compañías nacionales y un teatro para la danza, “es esperanzador” comentó “aunque es algo de lo que ya se viene hablando hace tiempo”. Amaya de Miguel, directora General del INAEM aseguró recientemente en una entrevista en la Cadena SER: que para ella era su gran prioridad, indicando: "aunque es de una urgencia absoluta, estamos en los inicios y quiero ser prudente, pero tenemos una voluntad decidida, creemos que la danza debe tener el apoyo decidido del INAEM, porque tenemos el talento pero nos han faltado siempre los medios y los recursos para que ese talento llegue a los ciudadanos". Ojala se concrete pronto en hechos. 

Giada Rossi. Foto: Josep Guindo
Respecto al Quijote, el ballet se basa en las Bodas de Camacho, el divertido episodio de la famosa novela de Cervantes protagonizado por los amores de Basilio y Quiteria (Kitri). José Carlos nos comentó que quería aportar mayor humanidad a los personajes y más autenticidad a los bailes. “Sin querer sonar pretencioso, creo que mi versión es la que a Marius Petipa le hubiera gustado hacer en la actualidad” confesó, cuando todo va muy deprisa gracias a Internet y la técnica de los bailarines no tiene nada que ver con la que había en su época. 

Mayte Chico, bailarina de la compañía de Antonio Gades, ayudó a los bailarines en los bailes como las seguidillas, el bolero y el fandango

Su Quijote tiene un aire cinematográfico, como ya tuvieran sus Enfants, aunque claro que ellos se basaban en una película. Pero también aquí se suceden varias acciones a la vez, lo que por una parte puede distraer pero por otra te invita a repetir. En las escenas de la plaza, hay movimiento y muchas cosas suceden al mismo tiempo, como es natural. Otra similitud con Les Enfants es que en el entreacto sigue la función. Si allí Desdémona, moría en la impresionante escalinata de Garnier, aquí Camacho nos invita a su boda acompañado por la fanfarria de bailarines con sus panderetas y danzas. Un momento genial que todos vivimos entusiasmados e incluso algunos recibimos de la mano del simpatiquísimo Camacho de Álvaro Madrigal, una invitación para su suntuosa presunta boda. 

Lucie Bathélèmy e Isaac Montllor. Foto: Josep Guindo
El personaje del Quijote tiene más peso en esta producción, ya que además de imaginar a su amor, Dulcinea, “Le doy la posibilidad de verla, casi de tocarla y hasta puede bailar con ella, en un dúo que he creado de transición en el segundo acto” informó José Carlos. Duo precioso y muy adecuado, que disfrutamos intensamente. También para las dos amigas de Quiteria se han variado las coreografías. 

Nosotros asistimos a la función de despedida de la compañía en Barcelona, la noche del lunes 17. Con un Liceo en el que no cabía un alfiler, como parece que fue en todas las funciones, nuestro elenco fue: Quiteria: Giada Rossi, Basilio: Yanier Gómez, Dulcinea: Giulia Paris, Don Quijote: Jesse Inglis, Sancho Panza: Jesús Florencio, Mercedes: Natalia Muñoz, Espada: Ion Agirretxe, Camacho: Álvaro Madrigal, dos Amigas: Shani Peretz y Lucie Barthélémy, Cupido: Haruhi Otani, Jefe de los Gitanos: Anthony Pina, Padre de Quiteria: José Antonio Beguiristain y Cura: Carlos Faxas por nombrar a todos los roles principales. 

Hemos de decir que la producción es muy bonita, el vestuario de Carmen Granell espectacular, tanto en diseño como en calidad de las telas, que permite ser visto de cerca sin desmerecer, sino al contrario, admirarlo aún más. El elenco se ve consolidado como compañía y destaca mucho en las partes corales. Los bailarines solistas están a la altura, aunque no hagan gala de demasiado fuego de artificio que en un Don Quijote no está de más, por ejemplo los portés a una mano, piruetas más arriesgadas o diagonal del abanico, pero Yanier es un Basilio de buena y limpia técnica con un juego escénico convincente y Quiteria algo fria al principio, fue ganando a medida que avanzaba la obra.

Aída Badía y Juan José Carazo. Foto: Joep Guindo
Cupido realmente delicioso con una Haruhi Otani preciosa. Espada y Mercedes espectaculares, ¡qué placer redescubrir a Ion en un rol de solista y ver como ha crecido artísticamente! Camacho fantástico, no es en esta versión donde se le odia o desprecia, como ocurre en otras, aquí te resulta pícaro y despierta simpatía, Álvaro Madrigal lo consigue muy acertadamente. Dulcinea, el sueño de Don Quijote en un sueño de paso a dos y variaciones. Los gitanos y su jefe, espectacular Anthony Pina, las dos amigas lindísimas y Don Quijote elegante y seductor, merecen destacarse en esta función que cosechó grandes y merecidos aplausos. 

Shani Peretz y Giulia Paris. Foto: Josep Guindo
El Liceu debería francamente plantearse programar más danza clásica si quiere asegurarse llenar el teatro y eso que las entradas no eran precisamente baratas. 

Nuestra segunda compañía Nacional esta vez la de baile español clásico, el Ballet Nacional de España, es junto al Ballet de la Ópera de Lyon todo lo que por esta temporada nos ha programado el Gran Teatre en Danza. Si consultamos su web vemos también a IT Dansa haciendo de relleno para tapar una programación a todas luces insuficiente para un teatro de estas características. 

También nos preguntamos como vemos a IT Dansa, que no deja de hacer una muy buena labor y es un placer verla, pero que no es de recibo ponerla al lado de las compañías consolidadas, y no encontramos al Ballet de Catalunya. Confiamos en que en la próxima temporada se encontrará la fórmula para poder contar con ellos. Van ampliando repertorio y elenco y lo que ya vimos en el Liceu gracias a Ibstage, no desmerece en absoluto, ni mucho menos, en cuanto a calidad a lo visto ahora.

En todo caso, un placer como siempre ver a nuestra querida Compañía Nacional de Danza a la que seguimos desde hace... ¡¡¡treinta años!!! nuestra nueva cita, en diciembre en Sant Cugat con su Cascanueces ¡no se lo pierdan!


2 comentarios:

  1. Fantàstica crítica, Carolina. Gràcies. M'apunto a la teva petició: volem més dansa, de la bona, al Liceu!

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    1. Béeee!! Moltísimes gràcies per les teves paraules i per opinar. Els hi hem de donar la vara tant com poguem, a veure si es posen les piles i recuperem els bons vells temps de quan hi havia la companyia.

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