YO, CARMEN de María Pages y su Compañía

Maria Pages. Foto: Josep Aznar

María Pagés, la extraordinaria bailaora sevillana, emocionó al público presente en Peralada con su particular montaje del tópico mito de Carmen de Merimée. La producción Yo, Carmen se ha presentado en todo el mundo y el pasado día trece de agosto se estrenó en Cataluña.

Cristina Ribé

La nueva creación de Pagés es una voz de mujer que grita con fuerza, clara y contundente, para expresar la realidad que afronta el alma femenina. Quiere ser la voz de todas las mujeres sin miedo ni presión masculina. 

Maria Pages. Foto: Josep Aznar

Para ello ha mantenido conversaciones con mujeres de todo el mundo, de diferentes razas y condiciones. Ella ha vivido en primera persona sus experiencias y opiniones y después las ha transformado en baile, canto, música, palabra… Se trata de ensalzar todo lo femenino, de poner las cosas en su sitio.

Existe la creencia generalizada de que la Carmen clásica era una mujer libre, pero en realidad estaba condenada desde el principio, la muerte era el precio de su libertad, de hecho, la protagonista de la historia no era ella, en realidad era Don José, o incluso, mejor dicho, el autor.

Dos bailaores y seis bailaoras acompañan a María Pagés durante los diez cuadros que conforman el espectáculo. Al cante Ana Ramón y Loreto de Diego. A las guitarras Rubén Levaniegos (compositor de la música flamenca original) y José Carrillo, además de un bellísimo violonchelo que desprende aires flamencos por los cuatro costados. 

Se inicia con la obertura de Bizet y un juego de abanicos y luces seguido de tanguillos, alegrías, abanicos, bolsos, escobas, trapos, libros… todo tiene un sentido, nada es superfluo, Pagés reinvindica a la mujer, sus carencias, su lucha, su vigor para seguir adelante a pesar de las circunstancias. 

Maria Pagés. Foto: Josep Aznar

De repente la bailaora cesa el baile para buscar y rebuscar en su bolso, de ahí extrae una nota. El público expectante pasará de admirarla a adorarla sencillamente por su proximidad y simpatía. Comienza a hablar en catalán y a modo de rap, a explicarnos el porqué de su cariño a Cataluña: “la meva àvia era de Lleida, anda que no!!!”.

Cercana y sorprendente, una artista de pies a cabeza, y esas manos, esos brazos infinitos que se contornean sin cesar… una bailaora grande en un espectáculo lleno de fuerza , sentimiento y vigor con crítica social incluida.