Lauren Curthbertson y Sergei Polunin en Manon. Foto Dave Morgan |
En el 25 aniversario de la muerte de Kenneth MacMillan, el Royal Ballet recupera una de sus piezas más emblemáticas: Manon; que a pesar de sus más de 40 años de vida, sigue seduciendo, impactando y emocionando a la audiencia.
Sylvia J. Grau
Manon es un ballet en 3 actos basado en la novela del Abate Prévost "L'Histoire du Chevalier des Grieux et de Manon Lescaut". Con esta obra MacMillan presenta al público una coreografía arriesgada, que nos cuenta la tragedia de una heroína fría y estratega, que se alejada de la dulce joven de buen corazón. Manon es un personaje con carácter que utiliza sus recursos para lograr sus objetivos y que no es víctima de la traición de un hombre si no de sus propios actos.
Lauren y Reece Clarke en After the Rain en la Gala del Royal Ballet de Terrassa. Foto: Josep Guindo |
En el París del siglo XVIII durante los años de la Regencia, después de la muerte de Luis XIV y mientras Luis XV espera la mayoría de edad para subir al trono, se vive un momento de efervescencia de la vida social y cultural bajo el reinado del Duque de Orleans. Alta y baja sociedad se mezclan amigablemente en unos tiempos de moral volátil pero mayor creatividad artística. En ese momento es cuando transcurre la historia de la adolescente Manon, quien utiliza su irresistible encanto para conseguir el favor del poderoso Monsieur G.M. y escabullirse así de la pobreza.
Pero el amor se cruza en su camino y el encuentro con el joven Des Grieux parece desmontar su estrategia en un inicio. El amor a primera vista entre los jóvenes desvía a Manon de sus planes, cuando se marcha a París con él, pero la idea de vivir una vida pobre con el joven la empuja a volver a los brazos del hombre poderoso en busca del lujo y los placeres materiales de la vida. A pesar de parecer feliz con su vida de lujo, Manon no puede evitar volver con su amado Des Grieux, quien le perdona y le pide que vuelva a su lado, pero esta vez Manon incita al joven al delito y por ese acto los amantes son apresados. Manon es deportada a Lousiana pero Des Grieux le sigue, y es durante la fuga de los amantes cuando ella muere entre sus brazos.
Además de ser un importante desafío técnico, Manon se diferencia de otros ballets por ser un gran reto interpretativo, donde la caracterización de cada personaje y su credibilidad es vital para el éxito de la producción. Todos los protagonistas tienen un gran peso interpretativo, pero además, el cuerpo de baile debe hacer también creíble su papel configurando las escenas de la obra, como la fiesta en el Hôtel particulier del segundo acto.
El rol de Manon podría ser uno de los más desafiantes del repertorio del Royal Ballet, pero Lauren Cuthbertson le da esa fuerza al personaje que una vez visto bailado por ella se hace difícil pensar en otra bailarina para ese rol. Lauren no solo ejecuta de forma brillante si no que transmite a la perfección aquello que la heroína de MacMillan representa: el capricho, la belleza, la maldad, el instinto, la frialdad, la seducción. A lo largo del ballet, los elegantes movimientos de Cuthbertson parece que salen de su alma y luego se deslizan por la coreografía y nos hablan de la sensualidad de Manon, pero también de su debilidad, sus dudas, su dolor y su tristeza. Remarcar la belleza de los brazos de Cuthbertson, su naturalidad y elegancia, que hacen aun más creíble la interpretación.
Lauren con Xander Paris en Manon en una Gala Ibstage. Foto: Josep Guindo |
Es escocés Reece Clarke hace su debut como Des Grieux. El joven solista interpreta bien la inocencia del amante de Manon, un cuerpo joven y atractivo, falto de carácter y loco de amor, pero sin la fuerza necesaria para enfrentarse a Manon , ya sea para desafiarla o para olvidarla.
Un reto importante interpretativo es también Lescaut, en esta ocasión Ryoichi Hirano se desenvuelve muy bien en su solo representando a un Lescaut ebrio, provocando la risa y a la vez admiración del público. El pas de deux en la fiesta con su amante, interpretado fantásticamente por Itziar Mendizábal, está muy bien ejecutado y los dos demuestran un gran calidad interpretativa y destreza técnica. A Itziar, bailarina euskalduna formada con Víctor Ullate y primera solista del Royal Ballet desde 2010, la vemos radiante en su papel de amante de Lescaut, se siente la complicidad entre los personajes y los dos bailarines.
Lauren y Reece en La Bella Durmiente en la Gala del Royal Ballet en Terrassa. Foto: Josep Guindo |
Del resto de personajes destacaría el remarcable trabajo del artista protagonista Bennet Gartside como Monsieur G.M., muy relevante en la historia, la participación del bailarín catalán David Yudes interpretando a uno de los clientes de la posada en el primer acto, y un cuerpo de baile de bailarines-actores que convencen en la interpretación de sus papeles en las diversas escenas.
Analizando las escenas, no vemos muchos bailarines bailando a la vez en el escenario, más bien actuando, hecho que refuerza mucho el aspecto interpretativo del ballet que en ningún momento abandona el hilo de su argumento. La elevada sensualidad, la representación del juego y la violencia física y el contenido sexual de la obra, acercan la historia a la realidad de esa época en la que la ciudad de París podía ofrecer la mejor y la peor de las suertes.
El fabuloso y elaborado vestuario nos sitúa perfectamente en el tiempo y combina de forma acertada con una escenografía que nos traslada brillantemente a los distintos lugares de la historia, remarcando el momento de la llegada del barco a Luissiana proveniente de Francia.
Lauren con Eric Underwood en Chroma en una Gala Ibstage. Foto: Josep Guindo |
Para diferenciar el ballet de la de la ópera, MacMillan encarga a Leighton Lucas una selección de música de Massenet. El resultado final es una melodía que acompaña el relato reforzando las escenas de celebración, de pasión y de tragedia , especialmente en el último pas de deux donde Manon muere en las manos de su amado mientras este intenta reanimarla. Durante algunos momentos Manon parece recuperar el aliento con la música y los brazos de Des Grieux, que la hacen girar y la levantan en el aire en un intento de hacerla volver en sí, pero con cada golpe de la orquesta Manon va perdiendo las fuerzas y en cada porté se va alejando más de su amado hasta caer exhausta en medio del negro escenario. Manon muere rodeada de ese amor incondicional que jamás fue suficiente en vida pero que a pesar de su desprecio le acompañó hasta el final.
Uno de mis ballets favoritos, sin duda, en el que durante algunos momentos ha sido como ver un pas de deux entre el cuerpo de Manon y la mente de MacMillan.
FICHA DE MANON
Coreografía: Kenneth MacMillan
Música: Jules Massenet , recopilada por Leighton Lucas
Director de orquesta: Martin Yates
Orquesta de la Royal Opera House
Diseñador: Nicholas Georgiadis
Iluminación: John B. Read
REPARTO (7 de Mayo de 2018)
Manon: Laura Cuthbertson
Des Grieux: Reece Clarke
Lescaut: Ryoichi Hirano
Amante de Lescaut: Itziar Mendizabal
Monsieur GM: Bennet Gartside
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