sábado, 26 de octubre de 2019

María Rovira danza el Réquiem de Mozart en Terrassa

Crea Dance Company en el Réquiem de Maria Rovira
Foto: Josep Guindo

El Centre Cultural de Terrassa, indiscutible meca de la danza en Catalunya y me atrevería a decir que en toda España, ha co-producido una nueva y ambiciosa propuesta en la que la música, la lírica y por supuesto la danza, comparten protagonismo. Como ya hizo el año pasado para Carmina Burana, el desafío a nivel coreográfico, en esta ocasión el Réquiem, ha recaído en Maria Rovira (Mataró, 1963) con su compañía, la Crea Dance Company

También para la parte musical se ha vuelto a contar con la dirección de Josep Prats, al frente de la Sinfònica del Vallés, la Coral Cantiga, el Cor Montserrat y los solistas: Mireia Tarragó (soprano), Marta Cordomí (alto), Jorge Juan Morata (tenor) y German de la Riva (bajo). 

Dos funciones, los días 19 y 20 de Octubre que colgaron el cartel de completo.

Carolina Masjuan

Charlamos con María antes del inicio del espectáculo y nos explicó cómo ha abordado la coreografía. Hace unos años sufrió un infarto que se llegó a creer que no superaría, hubo un momento en que sintió que ya no estaba allí, como si lo viese todo desde otra dimensión para de pronto despertar de nuevo en este mundo. 

Crea Dance Company. Foto: Josep Guindo
¿Era un símbolo de la re-encarnación? Tal vez, y así lo ha plasmado la creadora en su lectura coreográfica del Réquiem mozartiano. Al inicio de la obra, cuando aún la música no ha empezado a sonar y los bailarines van apareciendo en escena, su respiración, profunda, nos acompaña. Un cuerpo tendido en el suelo es transportado al más allá para al finalizar, ser de nuevo devuelto al punto de partida. 

En todo caso, si el Réquiem siempre se ha visto como una composición triste, ella ha querido darle un sentido de esperanza. Los bailarines bailan pero lo hacen en otra vida, no son sus cuerpos los que nos están atrapando en escena con su danza ágil y sus composiciones, impactantes a veces, sutiles y delicadas otras, son sus almas las que llegan hasta nosotros, arropadas por esa música excelsa. 

Contó María que se inspiró en danzas de la muerte de distintas culturas, desde la India hasta las danzas indígenas de Colombia, danzas chinas y japonesas y sobretodo en las « danses de la mort » de Verges. También quiso reflejar los movimientos del ADN que se desarrollan en el Lacrimosa, en una secuencia que recuerda al celebrado Dust, que Akram Khan creó para el Lest we Forget del ENB.

Crea Dance Company. Foto: Josep Guindo

El Centre Cultural de Terrassa, para abordar estas obras que co-produce y que requieren tantos artistas en escena, se transforma por completo. Los bailarines bailan en el centro del espacio, rodeados por los espectadores, mientras que orquesta y cantantes se sitúan donde está el escenario habitual. Una fórmula muy atractiva para el público, que se siente mucho más inmerso en el espectáculo. 

Crea Dance Company. Foto: Josep Guindo
Encontramos en la pieza esas atalayas y formas grupales que se hacen y deshacen, tan propias de la coreógrafa catalana. También, como suele hacer Maria, hay bailarines de diversos estilos, pero muy bien compenetrados, que resuelven muy bien la exigente coreografía. 

Destacan entre ellos los dos bailarines clásicos cubanos, Javier Monier, espectaculares sus saltos y piruetas, y Keyvin Martínez de giro rápido y seguro, que fue quien interpretó al Carlos Acosta joven en la película de Itziar Bollaín, Yuri, en la que la coreografía corrió a cargo de Maria Rovira. 

Con una trayectoria internacional en su formación y creación, que la llevó de Cuba a Nueva York, pasando por París y varios países suramericanos, y ya dejada atrás la época de Tránsit, que consiguió mantenerse unos treinta años -toda una hazaña en este país- María estuvo unos años dirigiendo el Ballet de Antioquía en Medellín Colombia para volver a Barcelona e intentar dinamizar la danza y darle un nuevo impulso. 

Crea Dance Company. Foto: Josep Guindo
Así, presentó candidatura para dirigir el Mercat de les Flors al salir Francesc Casadesús, pero la elegida fue Àngels Margarit. El proyecto de María era hacer del Mercat un Sadler's Wells Barcelonés, en el que todo el arte del movimiento tuviese cabida, también el clásico, completamente olvidado en el Mercat. Sinceramente ¡cómo nos gustaría que el Mercat fuese realmente el "Centre de les arts del moviment" pero de todo movimiento! No es así y parece que va para largo. Una pena.

Ahora, de regreso a casa, María, al frente de la Crea Dance Company, iniciativa cultural privada promovida desde la Crea Dance Fundation por Tian de Pasqual, Lourdes de Pasqual y Marta Antich, aprovecha, y lo hace muy bien, las oportunidades que le brinda el Centre Cultural de Terrassa de la mano de Adrià Fornés, su director. 

Unas exitosas producciones a las que sacan mucho rédito, con funciones con entradas agotadas en Terrassa y que le permiten girar por España. De momento con Carmina Burana, estrenada la pasada temporada y como no dudamos también será con este Réquiem. Y ya tiene nuevo desafío para el próximo año, nada más y nada menos que la Novena de Beethoven.

Saludos finales de los artistas, Foto: Josep Guindo

Al acabar la función y una vez los bailarines ya hubieron abandonado la escena, la orquesta, coro y solistas, dirigidos por el Maestro Prats, entonaron « El Cant de la Senyera » desplegando esteladas y pancartas reclamando la libertad de los presos políticos, cantando todos juntos, con el público entregado y emocionado y coreando gritos de ¡Libertad!

Como siempre vídeo con las reacciones del público tras la función, impulsado por Isabel Marqués y el excelente equipo de comunicación del CCT.


No hay comentarios:

Publicar un comentario