sábado, 23 de julio de 2022

Sergio Bernal baila a Rodin en Peralada

Giada Rossi y Sergio Bernal en Rodin.
El Beso - Foto: Miquel González - Shooting

Dicen que la perfección no existe, pero lo que vimos en Peralada la noche del pasado 20 de julio, fue lo más cercano a la perfección que hayamos visto últimamente. Un marco incomparable, una puesta en escena e iluminación exquisitas, una música sublime interpretada magistralmente y por encima de todo unos bailarines más perfectos imposible, a todos los niveles, metiéndose en la piel y la piedra de las esculturas de Rodin.

Carolina Masjuan

Sergio Bernal ya fue el protagonista del anuncio para el Festival Castell de Peralada de este año que pueden ver aquí. Bailarín aclamado internacionalmente, comenzó su carrera en el Ballet Nacional de España, formación que dejó para formar su propia compañía junto con el reconocido asesor artístico y coreógrafo, Ricardo Cué, mentor de grandes bailarines tanto de danza clásica española como de ballet (por ejemplo de Tamara Rojo para quien organizó varias giras e incluso coreografió para ella un ballet entero, con música original de Emilio Aragón, Blancanieves).

Y hay que destacar que, por si fuera poco, Peralada no es solo su castillo y su Festival, es mucho más, su compromiso con el pueblo ampurdanés y toda la tierra que lo acoje, l'Alt Empordà, es total.

Imagen del nuevo "celler"
La familia a quien debemos tantas noches de emociones gracias a la magnífica oferta cultural, también desarrolla otras actividades relacionadas con lo que esa zona privilegiada ofrece, por ejemplo los viñedos. 

Propietarios de cinco fincas diferenciadas a lo largo de la comarca gerundense, sus vinos tienen una calidad reconocida y este año, por fin, han finalizado un proyecto largamente acariciado y soñado que este mes de mayo pasado han inaugurado, las nuevas cavas.

Edificadas en las tierras que abastecían las materias primas suministro para el castillo, y que albergaban asimismo las dependencias de los trabajadores, se ha desarrollado un proyecto respetando la arquitectura original del edificio, diseñado en los años 40 por Adolf Florensa. La nueva bodega, obra de RCR Arquitectes, ganadores del Pritzker 2017, es la primera bodega de Europa con certificado LEED Oro de sostenibilidad y en ella la familia Suqué Mateu ha invertido más de 40 millones. La instalación abrió sus puertas al público en general el pasado 24 de junio ofreciendo un programa de visitas que constituye una experiencia única y que aconsejamos encarecidamente realizar. Una bodega que permitirá no solo mantener la excelente calidad de los caldos actuales, sino llevarla a lograr la excepcionalidad. Cabe destacar que Rafael Aranda, de RCR Arquitectes, ha sido el diseñador del cartel del Festival de este año evocando la presencia de la cava. Pueden saber un poco más pinchando en este enlace.

Sergio Bernal, el dios Sol.
Miquel González - Shooting
Y en los jardines de ese marco magnífico, en un ambiente íntimo, para solo 140 espectadores, se vivió el estreno mundial del espectáculo encargado especialmente al bailarín madrileño. 

Cuenta Sergio Bernal, que al recibir el encargo y ver el marco donde se iba a representar la obra, inmediatamente vió que ahí podía cumplir un sueño largamente acariciado: dar vida a las esculturas de Rodin. Fascinado por la obra del escultor francés desde que visitó el palacio que alberga su museo en París, y donde, paseando por sus jardines, pudo admirar esas obras, magníficamente integradas en él, el marco incomparable de los techos de las bodegas y sus jardines, integrados en el paisaje como telón de fondo, constituían la escenografía perfecta para ese espectáculo soñado.

Auguste Rodin (1840-1917) es considerado el padre de la escultura moderna por la ruptura con el canon académico del siglo XX en Francia, a pesar de conocer y dominar las reglas de la estética de su tiempo. Su innovadora concepción del arte le permitió inaugurar una nueva etapa en esta disciplina, invitando al observador a la reflexión. Más allá de la plasticidad de sus formas o del hiperrealismo en los detalles, Rodin comparte su mundo interior y capta una emocionalidad universal. Todo esto lo logra rompiendo la visión frontal para recrearse en cada uno de los detalles que ofrece cada perspectiva.

El bailarín tomó del escultor de las emociones, tres de sus más famosas esculturas: Torse d'Homme Louis XIV, El beso y El pensador. Sergio Bernal traslada la concepción vanguardista del arte de Rodin a través de diferentes lenguajes que van desde el ballet clásico y el barroco, hasta la danza española y el neoclasicismo.

Torse d'Homme.
Foto: Miquel González
La noche abrió con Torse d'Homme Louis XIV. Coreografiada por el propio bailarín en colaboración con Ricardo Cué, la pieza narra la fuerza, la belleza y la grandeza que transmitía Luis XIV de Francia encarnando a un Dios simbólico conocido como El Rey Sol, y explorando el concepto del poder. La coreografía, al ritmo de la música de Lully con arreglos de Jordi Savall, que interpretó una pequeña formación de cuerda, percusión y oboe, fusiona la danza clásica española y el barroco con una estética muy similar a la de la obra. 

Sergio baila con zapatos barrocos el baile refinado de la corte. En un momento dado se coloca la diadema dorada que le corona como dios sol y ya nos advierte «al igual que los planetas giran alrededor del sol, vosotros vais a girar a mi alrededor» y está claro que lo hacemos y no dejaremos de hacerlo hasta el final de la función, que se nos hace cortísima, maravillados ante tanta belleza. La música de Lully, nos envuelve y nos sentimos espectadores privilegiados de la corte de ese rey a quien debemos el ballet clásico, con él empezó todo, él es el fundador de la escuela francesa, refinada, y en la que luego se inspirarían otras cortes, italiana, rusa, para ir creando los distintos estilos. 

El bailarín madrileño representa en ese Torse d'Homme al rey sol en todo su esplendor, no solo por su elegante y perfecta ejecución, si no por ese físico imponente de belleza griega, que ha sido inmortalizado en miles de estatuas y con el que la naturaleza le ha bendecido. 

Alguien dijo que la danza es sudor, y en esa tórrida noche quedó más que demostrado. Ya despojado de esos pantalones barrocos vimos un cuerpo reluciente, brillando, real y metafóricamente, en el paso a dos de El Beso, junto a la hermosa mujer y magnífica bailarina que es Giada Rossi, solista de la Compañía Nacional de Danza, donde ingresó bajo la dirección de José Carlos Martínez. El beso, una de las obras más conmovedoras de Rodin, se materializa en una danza con coreografía de Valentino Zucchetti y música grabada de la Pavana para una Infanta difunta de Ravel, en la que la pasión y el deseo quedan plasmados con mucha ternura y sensualidad. 

Sergio y Giada en El Beso.
Foto: Miquel González - Shooting

Evidentemente nos conducen a evocar el amor de Rodin por Camille Claudel pero aquí no vemos tanta posesión, sino más bien un gran cariño con cuerpos fusionados a través del lenguaje neoclásico para contar una historia de amor entre el creador y su obra, que él moldea delicadamente, pero sobre todo entre dos seres humanos. La coreografía, de gran sencillez, sensualidad y redondez, consigue una gran belleza de líneas cuya cúspide es ese beso final.

El pensador, en referencia a otra de las obras más famosas del escultor francés, cuenta también con coreografía conjunta de Sergio Bernal y Ricardo Cué y es la pieza que cierra el programa. 

El pensador. 
Foto: Miquel González - Shooting
De nuevo, música en directo, esta vez con melodías de Roque Baños interpretadas por Daniel Jurado a la guitarra clásica. Aquí Bernal afirma que es un cazador, pero un cazador del pensamiento “Mi pensador no piensa sólo con el cerebro, recita, piensa con los puños y los dedos cerrados”. 

En esta ocasión, la obra transmite la visceralidad y la fuerza de la contención del pensamiento desde la impotencia y el dolor, así como la intimidad y las inseguridades que perturban el día a día. Esta fue la pieza más española, calzando zapatos y zapateando potentemente, poseedora de una gran fuerza y con un carácter desatado, siempre respetando la estética del escultor.  

No podemos dejar de mencionar a todo el acompañamiento musical. 

Situados al fondo, con el paisaje ampurdanés a sus espaldas y el crepúsculo desarrollándose a lo largo de la función hasta hacerse noche cerrada, los músicos acompañantes han significado un plus importantísimo para redondear el espectáculo. 

Bajo la dirección musical de García Sierra la orquesta acompañante contó con tres violines, una viola, un violonchelo y un oboe.


2 comentarios:

  1. Gracias Carolina por tu maravillosa crónica, me emociona como describes el ballet, el lugar y a sus intérpretes, fue sin duda una noche muy especial, que lástima que no pude asistir, espero que haya una nueva oportunidad.

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    1. Muchas gracias Carmen. Es muy gratificante recibir comentarios como los tuyos. La verdad es que esto fue muy especial, algo que se da muy pocas veces. Ojala podamos coincidir alguna otra vez viendo danza juntas. Un fuerte abrazo.

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