Paso a dos de Lac (Foto: Ángela Sterling) |
Los bailarines son una auténtica delicia de gracia y virtuosismo. Maravillosa Mimoza Koike en su rol de reina. Suave y elegante, se desliza por el escenario con el porte que imprime el llevar una corona. Por su parte, Noelani Pantastico nos ofrece un cisne negro sensual y maquiavélico, tan seductor como detestable. Dueña del escenario April Ball, en su magnífica interpretación de Su Majestad la Noche. Y como no destacar la exquisita actuación de Anjara Ballesteros como el cisne blanco: ingenua, liviana y discretamente provocativa.
Apenas hubo aplausos a lo largo de las dos horas escasas que dura la obra. El público no quería romper la magia de esta historia perfectamente engranada con el apoyo de una escenografía minimalista que lleva la irrepetible firma de Ernest Pignon-Ernest. El escenógrafo francés, nacido en Niza en 1942, es un artista que utiliza simultáneamente el espacio, la luz y el color para con muy pocos elementos más crear la atmósfera que necesita para que el mensaje con el que ha querido impregnar su danza llegue al público.
El espectáculo que estará en los Teatros del Canal hasta el domingo 23 de noviembre nunca habría conquistado a públicos tan diversos, como lo son el enamorado del ballet o el que ama la cultura por su tradición y por su belleza, si no estuviera creado por el ingenioso talento de Jean Christophe Maillot, un artista que concibe la danza como un diálogo entre la tradición de las puntas y la vanguardia más exclusiva.
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