martes, 16 de julio de 2019

La Guerra de Troya del Ballet Nice Méditerranée

Eric Vu-An, Marlene Fuerte y Luis Valle en Cassandra

La Guerra de Troya se situó en Sicilia con el ballet Cassandra y se bailó en las ruinas romanas de Les Arènes de Cimiez, en Niza, por el ballet titular de la ciudad: El Ballet Nice Méditerranée

Carolina Masjuan

La compañía francesa, con sede en la ópera de Niza, aunque ensaya en las magníficas instalaciones de la Diacosmie, fue fundada en 1947. Tras varias direcciones artísticas y después de un paréntesis, desde 2009 la dirige el bailarín de renombre, que trabajó en la Ópera de París, colaboró con los mejores coreógrafos y anteriormente dirigió varias compañías, Eric Vu-An. Él la ha dinamizado con un repertorio ecléctico que comprende grandes ballets de repertorio así como piezas neoclásicas y contemporáneas y creaciones para la compañía. 

Ballet Nice Méditerranée en Cassandra
Los bailarines ensayan en la Diacosmie (del griego diakosmos que significa decorado) un edificio situado cerca del aeropuerto que, además de salas de ensayos, hace las funciones de almacén de decorados, vestuario, etc... 

Allí se han reconstruido dos salas, una que reproduce exactamente el escenario de la ópera (288 m2) con una pendiente del 4% y otra, el escenario de la sala Apollo de Acropolis (1080 m2) permitiendo a los artistas trabajar en un escenario y en condiciones más cercanas a las reales. 

Cassandra es un ballet con coreografía de 1996 de Luciano Cannito. El coreógrafo, habitual en la compañía titular de la Ópera de Niza que cuenta con varias coreografías suyas en el repertorio, ha hecho ahora una revisión incluyendo un rol en el que el director de la compañía, Eric Vu-An, intérprete en numerosas ocasiones del papel principal, Eneas, puede volver a pisar el escenario junto a los excelentes bailarines de la formación que dirige. 

Ballet Nice Méditerranée en Cassandra
La obra se basa en la novela de la escritora alemana Christa Wolf y la han bailado, además del propio Eric Vu-An, otras leyendas de la danza como Noëlla Pontois o Cyril Atanassoff. En esta revisión, Eneas regresa al pueblo veinte años después de los hechos, para rememorar su aventura, convertido ahora en un director de cine, en contraposición a la aparición de la televisión, hecho que marcó el momento clave del cambio de vida de los lugareños. En una especie de flash-back, se revive todo lo que pasó entonces. 

La ley de los hombres, la violencia contra las mujeres, la exclusión del extranjero, ... no por ser tópicos sobretodo de las culturas mediterráneas, son menos habituales todavía en la sociedad. La heroína de Cassandra representa una feminidad dividida entre un antiguo modelo matriarcal y una figura de emancipación encarnada por el personaje de Hellen

Marlen Fuerte y Luis Valle en Cassandra

El coreógrafo explora un entorno machista y camorrero y su peso dañino en el mundo, en contraposición a los seres expuestos a esta serie de nefastas influencias, de las que Cassandra es la víctima principal. El apoyo entre las mujeres, la comprensión entre madre e hija, esa inevitable aceptación de una situación fuera de su control, hacen de Cassandra un personaje comprendido y querido desde el primer momento, excepcionalmente emotivo con la magnífica interpretación de la bailarina Marlen Fuerte

Eric Vu-An y Marlene Fuerte
Ante las mentiras políticas de quienes quieren escribir la historia manipulando a las masas, las mujeres a menudo muestran lucidez y heroísmo. Este es el caso de Cassandra, que tiene el don de la visión pero que, lamentablemente, nunca es tomada en serio. Ella prevé el drama que pronto caerá sobre su aldea y sabe que nada impedirá la desaparición de la identidad cultural de este pequeño rincón de Sicilia, ni siquiera su amor por el joven Eneas

Luciano Cannito nos ofrece un ballet premonitorio donde las danzas clásicas, contemporáneas y folclóricas se entremezclan a la perfección, con una banda sonora que incluye temas de Marco Schiavoni, Camille Saint-Saëns, Sergueï Prokofiev e incluso Elvis Presley

Las «Arènes de Cimiez» en lo alto de Niza, en la zona más aristocrática de la ciudad, son una ruinas romanas que en verano acogen veladas musicales siendo en esta ocasión la danza la invitada de honor. Este marco, perfecto para la historia del ballet, nos permitió descubrir una compañía formada por un elenco de unos veinticuatro excelentes bailarines, que abordan la pieza con una impresionante fuerza e integración del rol, en una danza de estilo neoclásico que inmediatamente seduce al público. 

En ella destacan los bailarines cubanos Marlen Fuerte y Luis Valle, bailarines principales que asumieron los roles protagonistas de forma muy dramática y emotiva. Su danza y su pasión por el personaje, nos sumergieron rápidamente en una historia sabiamente dibujada que, aunque en ocasiones fuese un poco difícil de seguir, permitía sumergirte en esa magia mediterránea pasional y extrema a veces, que, en la calurosa noche de principios de julio, en la hermosa ciudad francesa, tan bien encajaba. 

Ballet Nice Mediterranée en Cassandra
Además de Luis Valle, que recordaba a un joven Acosta por su magnífica técnica felina, no excenta de una cierta inocencia y a Marlen Fuerte, conocida de su época con Víctor Ullate, sublime en su difícil interpretación, cabe resaltar a Julie Magnon como Hellen y el también magnífico Ulyses de Shigeyuki Kondo

Un placer re-encontrar en la compañía a dos bailarinas queridas y admiradas, Alba Cazorla, bailarina principal, que formó parte del Corella Ballet Castilla León y que por estar embarazada no pudimos saludar ni disfrutar en escena y Mathilde Marlin, del Ballet de Catalunya, que fue una de las primeras en dejar la formación, para al cabo de un par de días, instalarse ya en Niza con su contrato de bailarina. 

Precisamente el hecho de que Mathilde integrase las filas de Niza y que pudiésemos verla bailar en esas fechas, fue el motivo de nuestro cambio forzoso de destino, para nuestra escapada habitual de fin de curso escolar con las pequeñas de la casa, donde un ballet siempre debe estar presente. 

Mathilde Marlin y Francesco Colombo en Five Tangos
Mathilde Marlin deja huella por donde pasa, su belleza de líneas, su encanto personal, sumado a un carácter amable pero con firmes convicciones, hace que tanto personal como profesionalmente, despierte cariño y admiración. 

La bailarina, natural de Narbonne, ciudad francesa y mediterránea aunque más cercana a la frontera con nuestro país, nos cita en un local de moda cerca del teatro de la ópera y allí conversamos durante el breve intermedio que tiene disponible estos días de trabajo intenso, con la preparación de este nuevo ballet que entra en el repertorio de la compañía. 

Mathilde está contenta en Niza, en esta compañía tiene muchas oportunidades de bailar roles de solista en un bonito y variado repertorio que cuenta con ballets clásicos, como el Don Quijote que están representando también ahora, y obras neoclásicas y contemporáneas. Esta temporada ha disfrutado mucho sobre todo con los Five Tangos de Hans van Mannen, que confiesa adorar, y también con La Arlésienne de Roland Petit, por ejemplo. Cassandra es un ballet que aunque ya cuenta con muchos años de vida ha envejecido muy bien, Mathilde está encantada en bailarlo y además será su primera experiencia bailando al aire libre, algo que vive con especial emoción. Nos explica como Erin Vu An lo bailó y que es precisamente su foto la que ilustra el programa. 

Mathilde Marlin en Don Quijote
La compañía realiza giras y nos comenta con especial emoción las realizadas por Italia, en el bello teatro de la ciudad de Bolonia donde es posible que vuelvan a ir en breve. El elenco está compuesto por unos veinticuatro bailarines, aunque se hacen audiciones para colaboraciones puntuales para determinadas producciones que requieren de más artistas en escena. 

Recuerda con mucho cariño a sus compañeros de su época en Catalunya, a los que sigue viendo cuando puede. Victoria Aletta, ahora en el Ballet de Barcelona y que deslumbró en el "Balenchiniano" Together estrenado este mismo mes de Junio en el Teatre Condal de Barcelona, lean nuestra crónica aquí o Leander Rebholz que dejó Terrassa algo antes que ella misma, para integrar las filas del Royal Danish Ballet donde aún sigue. 

Fue un auténtico placer poder re-encontrarla así como conocer esta formación que nos sorprendió muy gratamente en una pieza con un gran contenido dramático, de un coreógrafo desconocido para nosotros y del que quisiéramos conocer más, abordado de una forma exquisita desde el primero al último de los bailarines de la compañía. Dispuestos estamos a volver a verles y conocer mejor con ellos, el trabajo del creador italiano. 




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