lunes, 22 de julio de 2019

Mats Ek regresa a París

Aurelie Dupont y Stephane Bouillon en Another Place.
Foto: Ann Ray

Mats Ek vuelve de su retiro para crear 2 nuevas piezas para el Ballet de la Opera de París: Another Place y Bolero, que se presentaron junto con su ya aclamada Carmen, que entraba por primera vez en el repertorio de la compañía de París. Así las 3 historias formaron la propuesta encargada de dar la bienvenida al verano desde la capital francesa.

Sylvia Grau

La versión de la mítica Carmen, creada para el Cullberg Ballet en 1992, es la elegida para abrir la noche de Mats Ek. El coreógrafo sueco sitúa la historia ante una pared de grandes lunares negros, el resto del escenario lo forman una gran bola negra y el humo de los cigarros. 

Amandine Albison en Carmen. Foto: Ann Ray
No parece necesario enmarcar un clásico de la notoriedad de Carmen, donde la música de Bizet Chtchedrine es tan explicativa como la propia historia basada en la novela de Mérimée, y es en la sencillez de ese entorno donde los movimientos logran tener más importancia, más fuerza, más voz.

La Carmen de Ek baila de rojo, con las líneas características del coreógrafo : grand pliés, manos extra gestuales, figuras curvas y piernas estiradas, movimientos no continuados que cortan el aire mientras quieren decir algo más. Amandine Albison, primera bailarina de la compañía, nos presenta una hermosa y apasionada Carmen, y nos transmite esa fuerza y frialdad con la que la protagonista desafia a los 3 hombres de su vida.

Carmen de Mats Ek. Foto: Ann Ray
Volantes brillantes en las bailarinas y rojos en Carmen se mueven con las piernas y destacan en el fondo oscuro en el que transcurre la historia, especialmente espectacular el vestido de cola rojo con el que Carmen juega al engaño y al desengaño, traicionera y traicionada, en la segunda mitad de la pieza. 

El puro en la boca de Carmen nos dice mucho de su poder e influencia, el pañuelo que Carmen arranca del pecho izquierdo de Don José, con el que juega y acaba perdiendo en el suelo, es otro elemento más que Ek utiliza para para contarnos la historia.

Entre los dos pesos pesados un respiro, Another Place. En un escenario vacío se representa un entorno tan reconocible como un hogar con unos protagonistas tan habituales, una pareja. Ek traza un paso a dos que reivindica la esencia de lo cotidiano, la excepcionalidad de lo normal. 

Aurelie Dupont y Stephane Bouillon en Another Place.
Foto: Ann Ray

Un diálogo entre una pareja madura que se pasea por sus sentimientos: amor, soledad, sexo, distanciamiento, reencuentro … con la colaboración de elementos corrientes: unas gafas, un cárdigan, un zapato, una mesa, una alfombra; que cobran vida al servicio de la coreografía y fingen estar de acuerdo con el rol asignado. 

Aurelie Dupont y Stephane Bouillon. Foto: Ann Ray
Otra investigación del comportamiento y emociones humanas acompañada por la intensa y conmovedora sonata de Liszt interpretada por el pianista sueco Staffan Scheja

Pudimos ver en este rol a la actual directora del Ballet de la Opéra de Paris, Aurélie Dupont, un hermoso regalo para los espectadores, el verla bailar de nuevo, y un privilegio para la nueva creación de Ek, el poder contar con su madurez y calidad artística tan indispensable para hacer creíble lo que podría ser una segunda parte de Place, creada en 2007 para Laguna y Baryshnikov

A Dupont la acompaña muy acertadamente Stéphane Bullion, bailarín principal de la compañía con experiencia en roles de coreógrafos más contemporáneos como Bausch, Cullberg, Kylián, León & Lightfood, y el mismo Ek con Appartement.

Niklas Ek en Bolero. Foto: Ann Ray
La sesión concluye con la versión de Mats Ek del gran icono de la música: el Boléro de Ravel. A pesar de que Ek no bailó nunca ninguna versión del Boléro si reconoció que había sido ya una tentación para él anteriormente y recibió la oportunidad de la Opéra de Paris con amor y respeto. Buscar una danza para tan poderosa pieza musical parecería no ser muy desafiante, pero si consideramos que no es el primer Boléro que pasa por la Opéra de Paris, entonces podemos entender que hay mucha competencia y ahí puede estar el reto. Otro desafío podría ser el hecho de que la obra de Ravel no pretender contar nada, y genera curiosidad el planteamiento de un creador tan teatral como Ek.

El escenario está vacío, la escena está alimentada por las bambalinas, los focos, las escaleras y las cuerdas, y las puertas que llevan a las entrañas del palacio Garnier.

Viendo ese paisaje no puedo evitar pensar en todas aquellas fantásticas historias que han albergado esos muros ahora desnudos y desprotegidos, y me surge la idea de que podría ser un pequeño homenaje del coreógrafo sueco al teatro parisino.

Bolero. Foto: Ann Ray
Mientras un hombre anciano, que resulta ser el hermano del coreógrafo sueco y ex bailarín, Niklas Ek, entra y sale del escenario con un el único propósito de llenar de agua una bañera con la ayuda de un cubo, los bailarines vestidos sencillamente con mamelucos negros salen a lo que parece ser un calentamiento y entre los músicos que afinan los instrumentos, ya se pueden oír los vientos entonando en forma de borrador las notas características de la pieza de Ravel.

No hay telón, el show ya ha empezado en un escenario desnudo, en minutos empiezan a ordenarse las primeras notas del Bolero y los bailarines poco a poco se van uniendo a la coreografía.

El Bólero va saltando de instrumento en instrumento y se va metiendo en los cuerpos de los bailarines. Ellas y ellos, pintados de negro, van trazando los pasos entrado y saliendo del escenario gris donde van apareciendo del cielo esculturas en forma de líneas dibujando perfiles de caras. Mientras tanto nuestro entrañable personaje vestido de blanco y con sombrero sigue sin distraerse con su misión.

Bolero. Foto: Ann Ray
Crece la energía, entran cada vez más instrumentos a la vez que bailarines, solos y duetos dejan paso a movimientos de grupos, mientras el surrealista personaje “llenador de bañeras” sigue sin perturbarse con su propósito.

La energía se desborda, músicos y bailarines se acercan al éxtasis final, junto con nuestro imperturbable personaje, que no puede evitar formar parte de ese final.

El Boléro que ha creado Mats Ek para la compañía parisina está lleno de si mismo, de su surrealismo y de su teatralidad, no nos ha decepcionado y esperamos que tenga su lugar en la historia del Ballet de la Opéra de Paris.

Domingo 23 de Junio – Palais Garnier

Ballet de l’Opéra
Orchestre de l’Opéra national de Paris

Carmen

Música Georges Bizet, Rodion Chtchedrine
Coreografía Mats Ek
Asistente del coreógrafo Ana Laguna
Carmen: Amandine Albison
Don José: Florian Magnenet
Escamillo: Hugo Marchand
M: Muriel Zusperreguy

Another Place

Música Franz Liszt (Sonata en si menor, 1852-1853)
Coreografía Mats Ek
Piano Staffan Scheja
Asistente del coreógrafo Ana Laguna
Ella Aurélie Dupont
Él Stéphane Bullion

Bolero

Música Maurice Ravel
Coreografía Mats Ek
Asistente del coreógrafo Ana Laguna
Bailarines del Ballet de l’Opéra


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