Si el prestigioso festival ampurdanés trajo como primera propuesta en danza -y también para inaugurar el Festival- a una compañía de larga tradición como es el Ballet del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, como último espectáculo de esta disciplina programó de nuevo a la compañía creada en 2016 por el gran bailarín cubano Carlos Acosta, Acosta Danza. Ellos ya bailaron la noche del fatídico 17 de Agosto de 2017, prometiendo volver, algo que hicieron el pasado 15 de Agosto y que repetirán según nos informó el director artístico del Festival Oriol Aguilá, dentro de dos años.
Carolina Masjuan
Este 2019 ha sido un año muy importante para el gran bailarín cubano ya que, premios y distinciones aparte, ha salido publicado en castellano su libro autobiográfico «Sin mirar atrás» así como se ha estrenado la película Yuli, basada en el libro, que ha cosechado un gran éxito y además ha sido nombrado director del Birmingham Royal Ballet, cargo que iniciará el próximo mes de enero de 2020, compaginándolo con la dirección de Acosta Danza.
Imponderable, de Goyo Montero por Acosta Danza Foto: Josep Guindo |
Las dos piezas de Goyo abrieron cada una de las dos partes del espectáculo. Imponderable, donde los bailarines hacen uso de linternas para jugar con ellas creando hermosos momentos que, junto al humo que irrumpe en escena, pretenden explicar cómo las emociones no se pueden medir. Con música del canadiense Owen Belton basada en composiciones del cantante y poeta Sílvio Rodríguez, esta pieza ha sido creada para nueve bailarines.
Llamada, de Goyo Montero por Acosta Danza. Foto: Josep Guindo |
Aunque el estilo coreográfico de Goyo crea escenas que a una le suenan como de «déjà vu» ambas propuestas gozaron del reconocimiento del público y es que la calidad, energía y fuerza de los bailarines de Acosta Danza, se contagia y trasciende. Cabe destacar que Goyo bailó en Peralada hace muchos años, cuando integraba las filas del Ballet de la Ópera de Berlín en un programa Kylian.
Mermaid, en cambio, la segunda pieza presentada, emocionó profundamente. Creada para la presentación de Acosta Danza en el Sadler Wells de Londres en 2017 a partir de una música de Woojae Park inspirada en canciones coreanas sobre el mar y música adicional de Erik Satie, Mermaid es bailada por Carlos Acosta y Marta Ortega.
Aunque en un inicio parece que se trate de un paso a dos sofisticado entre una borracha, copa de champán en la mano, tambaleándose en sus zapatos de punta y sostenida por Acosta, en realidad la bailarina es una sirena a la que él ayuda, fuera de su elemento, en su desespero para ponerse en pie y andar.
Marta Ortega y Carlos Acosta en Mermaid de Sidi Larbi Cherkaoui. Foto: Joep Guindo |
Aunque en un inicio parece que se trate de un paso a dos sofisticado entre una borracha, copa de champán en la mano, tambaleándose en sus zapatos de punta y sostenida por Acosta, en realidad la bailarina es una sirena a la que él ayuda, fuera de su elemento, en su desespero para ponerse en pie y andar.
Carlos Acosta en Two. Foto: Josep Guindo |
Two, la otra presencia de Carlos en escena, es la tercera vez que se ve en Peralada, una por Silvie Guillem y la segunda por él mismo, que ya la bailó en la edición anterior -lean nuestra crónica de aquella noche aquí.
El estilo de Carlos, su fuerte presencia escénica y su dominio, hipnotizan en un solo que va in crescendo. Dentro de un cuadrado de luz, el bailarín hace suyo el espacio con su movimiento de brazos, torso, piernas que van atrapando al espectador, viviendo con él la experiencia. Otro momento especial de la noche.
Y para finalizar deporte, danza y matemáticas y riesgo, resistencia física y mental, en una pieza creada inicialmente para la compañía Edge en 2011, que la presentó en la Royal Opera House y re-adaptada para Acosta Danza.
Twelve de Jorge Crescis por Acosta Danza. Foto: Josep Guindo |
Botellas que, iluminadas o no, son como otros bailarines de la coreografía, volando lanzadas al aire en un desafío constante para los intérpretes que antes, durante y después de giros, piruetas y saltos las recogen, o no, en los menos de los casos, para delicia, sorpresa o inquietud de la audiencia. Hay una atractiva estructura deportiva y mágica que crea un ambiente singular que atrapa al público, además de esa calidad y energía de los versátiles bailarines a la que ya nos hemos referido antes.
Y hasta aquí la edición de nuestro Festival de verano favorito en el que siempre encontramos variedad de estilos y calidad en las propuestas. Pero a ellos también les pediríamos que nos trajeran ballets de repertorio europeo, Cranko's, Neumeier's, McMillan's ¿por qué nadie los programa aquí? ¡Son tantas y tan buenas las compañías que las tienen en su repertorio y vendrían encantadas a bailarlos! Stuttgart, Hamburgo, Munich, Oslo, Amsterdam, ciudades no tan lejanas y donde casi en todas, hay además magníficos bailarines españoles, catalanes entre ellos, de los que el público tendría oportunidad de disfrutar. Desde aquí hacemos la petición, ojalá nuestro deseo se cumpla.
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